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Los casos más recientes de tragedias en el boxeo mexicano han dejado una mala imagen entre los aficionados (y también entre los que no lo son) al deporte de los puños.
Una encuesta realizada por EL UNIVERSAL señala a la corrupción y a los promotores como los principales culpables de los desafortunados y recientes incidentes arriba del ring.
A la pregunta “¿por qué crees que están pasando accidentes con boxeadores?”, 34% de los aficionados dijo que debido a la corrupción en el boxeo; 35% de la población en general coincide.
En un lapso de cuatro semanas, los cuadriláteros mexicanos atestiguaron dos “accidentes” de boxeadores que cayeron desvanecidos dramáticamente.
Primero fue el fallecimiento de Franky Leal, en su combate ante Raúl Hirales, que perdió por nocaut en el octavo asalto, en una afrenta realizada el 19 de septiembre en Cabo San Lucas. Leal fue declarado con muerte cerebral tres días después de la pelea.
Casi un mes después, el colombiano José Carmona presentó un coágulo en el cerebro, a consecuencia de los golpes del mochitense Jorge Travieso Arce, en un combate sostenido el 16 de noviembre en San Luis Potosí. Carmona sigue hospitalizado en esa ciudad.
Cuando se les cuestionó “quiénes consideras que son los culpables de las tragedias?”, 53% de los seguidores del boxeo dijo que los promotores, secundado por 46% de la población en general. Un idéntico 91% —entre población general y aficionados— cree que en las peleas se antepone el interés económico al deportivo.
Para el analista de boxeo Eduardo Lamazón son varios los responsable de la salud de un boxeador, y no únicamente el promotor.
“El boxeador debe ser cuidado por varias instancias. La primera es su entrenador, la segunda es su manager, si es que es diferente a su entrenador. La tercera es el promotor, porque el promotor tiene que hacer peleas parejas porque contrata a los boxeadores uno o dos meses antes de que se suban al ring.
“Tiene que hacer un seguimiento de cómo se va comportando el que va a ser protagonista de su velada. Y por último, y la más importante, la comisión de boxeo, cuya responsabilidad es innegable en el cuidado del sujeto”, explica Lamazón.
Para el analista, los recientes accidentes arriba del ring son una “coincidencia desafortunada” y señala que los accidentes arriba del ring son una estadística que no se ha modificado en la época moderna del boxeo.
“La gente se muere porque está viva. En el boxeo, está demostrado que no es un deporte que mata, porque la muerte no es una consecuencia habitual, ni siquiera de las lesiones importantes. De todas maneras, es un deporte durísimo donde lo que necesitamos es que las comisiones del mundo cuiden adecuadamente a los boxeadores médicamente para que lleguen en buenas condiciones a la peleas”, agrega Lamazón.
Su única duda en los recientes accidentes es con respecto al caso de Francisco Franky Leal por la falta de exámenes médicos de la comisión de boxeo de Mexicali (que le dio su aval), de donde era el pugilista fallecido.
Adelanta que los accidentes se seguirán dando.
“No puedo adivinar lo que pasará el próximo año, pero es probable que nos volvamos a enfrentar a situaciones que habrá que atender con la debida seriedad que corresponde”, apunta.