Lejano 2009. Saúl ‘Canelo’ Álvarez era peleador preliminar en una función que estelarizó Edgar Sosa en el Auditorio Siglo XXI, en Puebla. Ahí escuchó por primera vez sobre el cinturón diamante del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Supo que Manny Pacquiao y Miguel Cotto lo iban a disputar. En voz baja, Saúl soltó: “Un día, lo voy a ganar”, a lo que una voz del público respondió “Eso nunca va a pasar”.
Seis años después, Álvarez cumplió su palabra y ayer recibió el cinturón especial del CMB que sólo se otorga al ganador de peleas entre boxeadores con una destacada trayectoria sobre el ring.
“Miren, ahora, aquí lo tengo... No olvido lo que pasó en Puebla y por ello, para mí es un logro muy importante”, lanzó el actual monarca medio del Consejo Mundial.
Esta distinción se le otorgó por su triunfo sobre el puertorriqueño Miguel Cotto, a quien venció por decisión unánime el pasado 21 de noviembre, en Las Vegas.
Fue su segunda gran prueba de su carrera, tras perder ante el estadounidense Floyd Mayweather Jr., con la diferencia que esta vez sí salió con el puño en alto.
“Este logro es por toda mi carrera, todo el sacrificio que he venido haciendo, es una pelea que me ingresa a la historia del boxeo, así que me siento muy orgulloso”, agregó.
Álvarez confesó que aún no tiene rival para su próximo combate que se realizará el 7 de mayo en Las Vegas. Sin embargo, dijo estar dispuesto a enfrentar al kazajo Gennady Golovkin próximamente.
“Estoy listo para enfrentarlo. Si la gente me pide enfrentar a un rival, estoy dispuesto a tomar el reto”, compartió el ‘Canelo’.
Ya con el cinturón diamante sobre su pecho, Saúl reconoció sentirse como el emblema del boxeo mexicano de la actualidad.
“Este cinturón es una responsabilidad, pero también es un incentivo a ganar más peleas”, dijo.