No debe existir historial médico más extenso que el del delantero del Borussia Dort- mund Marco Reus. Por enésima vez, uno de los más desafortunados futbolistas del mundo emocionó a la afición con su regreso.
El pronóstico de los médicos era desde hacía días alentador. Su rendimiento en el entrenamiento, según el director deportivo del Dortmund, Michael Zorc, era “sobresaliente”. Tras ocho meses de baja por romperse parcialmente el ligamento de la rodilla derecha, Reus saltó ayer al terreno de juego ante el Hamburgo en la vigesimosegunda fecha de la Liga alemana.
Reus, uno de los habituales en las listas de convocados del seleccionador alemán, Joachim Löw, tiene como objetivo estar en plena forma para el Mundial de Rusia, para lo que quiere aprovechar al máximo los próximos meses. “No me puedo reservar, sino que debo mostrarme. Siempre me esfuerzo al máximo. No hay razón para cambiarlo”, anunció el futbolista a principios de año.
Si todo transcurre según el plan, antes de que comience la Copa del Mundo, Reus tendrá que decidir en qué equipo quiere seguir anotando goles. Tras su convalecencia están previstas negociaciones con el club alemán sobre una prórroga de su contrato, que vence en 2019.
“Cuando se tiene un jugador así en tus filas sería negligente no desear conservarlo. Sobre todo, si ha nacido en Dortmund y se identifica en gran medida con el club”, dijo Zorc.
Reus es ya todo un profesional en regresar a la actividad después de superar lesiones. Sólo en los últimos seis años y medio ha estado de baja 14 veces durante al menos diez días.
Desgarro de fibras, fisura de ligamentos, problemas en abductores, inflamación del pubis y una rotura parcial de ligamento cruzado forman parte de su triste historial médico. Su sorprendente rapidez habitualmente para recuperar su gran nivel refleja una gran fortaleza mental. No obstante, las pausas nunca fueron tan largas.
