Monterrey.— Desde hace algunas semanas, el Guadalajara venía sufriendo demasiado, aunque al final el gozo llegaba de la mano de una victoria. Del milagro.
Hasta que se le acabó la suerte. Matías Almeyda y su Rebaño se metieron a “El Volcán”, sólo para ser arrollados por los Tigres de Ricardo Ferretti al son de 3-0.
Partido que se perdió desde el vestidor mismo, pues el cuadro que mandó el argentino al campo evidenció que se pensó más en la final de Copa MX, que en asegurar la Liga. La mitad del equipo, sobretodo en sector defensivo, era de jugadores utilizados más que nada en el torneo copero, y eso al final pesó demasiado en contra del arsenal ofensivo de los norteños, que mandaron lo mejor que tenían al campo y de plantel a plantel, pesó el que tomó más en serio el juego.
André-Pierre Gignac apenas llevaba dos goles en el torneo. Despertó en la jornada siete. Su torneo había sido de regular a malo.
Ante las Chivas decidió gritar con más ganas y con dos remates con la cabeza guió a su equipo camino al triunfo, dándole esperanzas de Liguilla, algo que hoy se ve muy lejano, pero que con las bondades que da el torneo mexicano, no puede dejarse de lado.
Los 16 puntos a los que llegó sólo dan esperanzas, no más.
Guadalajara supo desde el inicio del juego que iba a ser superado, así que se aferró a las acciones individuales de Carlos Fierro y Alan Pulido para tratar de repetir los milagros de las pasadas fechas.
Pero esta vez, no hubo rezos que los ayudaran.
Tigres anotó a los seis minutos de juego, pero no dejó de ir por más. El segundo llegó hasta los 74’, obra de Jesús Dueñas y el tercero a los 83’, otra vez por conducto del francés. En el primer tanto, Gignac arrastró en la marca a Basulto, al que le faltó mucho colmillo para parar al francés. El cabezazo fue fulminante y abrió el camino al triunfo.
A partir de ahí, los felinos no prestaron el balón. Fierro con su velocidad y Pulido con sus ansias de burlarse de su anterior casa iluminaban un posible futuro alentador para el Chiverío, pero la luz no fue tan brillante como en otras ocasiones.
Pudo ser una goliza de escándalo, pero en el ADN de Tigres no hay espacio para ser letal.
Dueñas con un disparo de fuera del área sentenció el juego y Gignac, otra vez con un remate de cabeza perfecto cerró la cuenta.
Chivas, sublíder general puede caer más en la tabla si los resultados se combinan. Y todo por querer alargar el milagro. Redacción