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Varios se desplomaron sobre el húmedo césped del Estadio Azteca. Reacción inequívoca de un conjunto perdedor… O aquel que se siente así.
A eso le supo a los seleccionados el empate (0-0) frente a Costa Rica. Quinto en el actual hexagonal de la Concacaf rumbo a Brasil 2014, cuarto sin anotaciones. El sonoro abucheo emanado de casi 70 mil gargantas apenas resultó justo. Miles de aficionados no soportaron más y exigieron la renuncia o despido, les da igual, de José Manuel de la Torre.
Nueva desilusión de un Tricolor que se mantiene invicto en la eliminatoria, aunque se ha habituado a caminar al borde del abismo. Al igual que en Panamá, José de Jesús Corona evitó la simplemente anecdótica marca del estratega nacional en cotejos oficiales (13 ganados y cinco igualadas).
Ayer también contó con la ayuda de la suerte, esa que le sonrió cuando Joel Campbell estrelló el balón en el poste izquierdo del marco local. Apenas se habían jugado cinco minutos. Preludio de otra velada de horror en Santa Úrsula.
Trance del que nadie se salvó. El guardameta del Cruz Azul terminó contagiado. Quedó claro en la desastrosa salida que casi cuesta un nuevo Aztecazo. La fortuna, la sorpresa de Campbell y el arrojo de Raúl Jiménez preservaron la dolorosa unidad.
Falta exactamente un año para que inicie la XX Copa del Mundo. Muy poco tiempo, pero luce considerablemente más lejano para la Selección Nacional, negada al gol, pero en especial a la improvisación y las variantes.
El Chepo se animó a medio arriesgar cuando sólo quedaba un cuarto de hora por jugar. El ofensivo Giovani dos Santos sustituyó al contención Héctor Herrera. Hasta entonces, el local pareció apostar a una urgencia disfrazada de lujo.
Antes, el hoy tambaleante estratega nacional se apegó a ese rígido libro en el que basa su sistema. Los ingresos de Jiménez y Javier Aquino, en lugar de Aldo de Nigris y Pablo Barrera, respectivamente, no ofrecieron ilusión a un pueblo iracundo, harto de un equipo más corriente que común.
Ya son 300 minutos sin anotar en el Azteca, dentro de una etapa clasificatoria hacia la Copa del Mundo. Todo un récord en ese monstruo de 100 mil cabezas que solía intimidar al visitante. Hoy, es el principal adversario del Tri, al igual que la anemia ofensiva de los verdes, cuyos referentes salieron desconectados en el momento más inoportuno.
No se habían jugado 15 minutos cuando Javier Hernández pegó un descomunal grito a Herrera, tras una mala entrega de balón. El todavía volante del Pachuca clavó la mirada en el pasto.
Reacción muy diferente a la del Chicharito en cada una de las innumerables equivocaciones que cometió en todos los sectores de la cancha. El goleador únicamente se limitó a levantar una mano, en señal de disculpa. Amargo partido 50 con el Tricolor para el delantero del Manchester United. Presa de la desesperación.
Sentimiento que exprimió a más de 65 mil corazones. Sólo los casi 10 mil costarricenses que acudieron al Coloso de Santa Úrsula disfrutaron, sobre todo porque los veloces Campbell, Christian Bolaños y Kenny Cunningham, gozaron de las opciones más claras.
Pese a todo, Corona cerró la cortina. Suma 566 minutos sin recibir anotaciones en la actual eliminatoria, 310 como local. Números que saben a poco. El resultado es lo que importa… Y duele.
El Tricolor se mantiene en el tercer sitio del hexagonal, con ocho unidades, pero tiene un cotejo más. Sabrá su verdadera realidad el próximo martes, cuando la media docena de contendientes quede con igual número de encuentros disputados (seis).
Primera vez que no anota en sus tres primeros partidos como local en la etapa clasificatoria final. Hace 16 años, en el camino rumbo a Francia 1998, Bora Milutinovic perdió su trabajo, pese a que la Selección Mexicana avanzó invicta al Mundial (cuatro victorias y seis empates). Tres de sus igualadas fueron sin tantos. El Chepo ya lleva cuatro, lo que explica la desazón de sus hombres… Y por qué hay que empezar a sacar el ábaco.