El español Rafael Nadal logró un hito en la historia del tenis al ganar su décimo título en el Abierto de Francia, una hegemonía que empezó cuando era prácticamente un adolescente.
“Es un torneo único, es el lugar más importante de mi carrera. Las emociones que he vivido ahí y tantas veces son difíciles de explicar”, comentó Nadal en repetidas ocasiones.
El español derrotó en la final al suizo Stan Wawrinka por 6-2, 6-3 y 6-1 y se convirtió en el primer hombre que gana diez veces el mismo Grand Slam.
Con una melena que llegaba a los hombros, camiseta sin mangas, 19 años recién cumplidos y un bíceps gigantesco ganó por primera vez en París. Hoy, 12 años después, se ve a un Nadal más fino, con el pelo corto y cicatrices por todo el cuerpo tras una carrera plagada de lesiones. Pero también de éxitos.
“Cuando gané en 2005 y en 2006 me imaginaba que en 2017 iba a estar pescando en Mallorca sin jugar al tenis. No me imaginé tener una carrera tan larga. Y menos con tantas victorias”, señaló el zurdo de 31 años.
Después de tres años sin saborear la gloria en los grandes torneos, Nadal agigantó todavía más su leyenda al aplastar a Wawrinka y conquistar su decimoquinto Grand Slam. Una victoria que le catapulta de nuevo hacia el número uno del mundo. Hoy saltará del cuarto al segundo lugar del ranking de la ATP.
A sus 31 años, Nadal superó los 14 Grand Slam de Pete Sampras y ya sólo tiene por delante en la lista los 18 del suizo Roger Federer. Rafa, con la arcilla francesa, dibuja la hegemonía más impactante que conoce la raqueta.
“Siempre digo lo mismo: si lo he hecho yo, lo puede hacer otro. Pero se tienen que dar muchas circunstancias para llegar a esta cifra. No sé si yo voy a ver a alguien que me supere”, dijo el tenista de 31 años. “Es algo que no se había hecho en un torneo de este calibre en nuestro deporte. Me hace ilusión hacer algo así que quede para la historia”.
El español coronó así una nueva resurrección. Con la cuenta de grandes parada desde hacía tres años, el zurdo enterró un 2015 en el que las dudas se apoderaron de su mente y un 2016 marcado por una lesión de muñeca. Lo hizo con una exhibición tenística en cada uno de los siete partidos que jugó en París. La última de ellas en el duelo decisivo y ante un jugador, Wawrinka, infalible hasta esta tarde en las grandes finales.
Es la tercera vez, tras 2008 y 2010, que Nadal conquista el segundo grande del año sin ceder un set, pero nunca lo había hecho perdiendo sólo 35 juegos.