Guadalajara.— Y la vida continuó. El show futbolístico tenía que seguir, con todo y polémica arbitral. En el campo del estadio Jalisco no hubo tregua por parte del América ante la ausencia de Rafael Márquez, señalado por vínculos con el narcotráfico.

Oribe Peralta celebró el quinto aniversario de la histórica medalla de oro en Londres 2012 que él mismo labró, con el grito de gol del triunfo agónico para las Águilas, que suman tres partidos de Liga con victoria.

Un penalti cobrado al rincón, cuando el partido agonizaba, fue suficiente para derrotar al Atlas (1-0) en el Jalisco.

El Cepillo lo celebró con todo, como en aquel doble festejo en la final de los Juegos Olímpicos británicos ante Brasil. Oribe nunca olvidó como hacer feliz a su gente.

Por si fuera poco lo del ariete, Agustín Marchesín amargó cualquier intento de homenaje triunfal del Atlas a su caído capitán. El guardamenta azulcrema impidió con sus pies que Milton Caraglio anotara un penalti polémico, porque la jugada se dio fuera del área y era más falta de Matías Alustiza sobre Bruno Valdez.

El atlista quiso cobrarlo a lo Panenka y Marche lo atajó (66’). Picardía de moda en ese tipo de ejecuciones durante este torneo, que ha terminado la mayoría de las veces en ridículo.

La mala noticia que recibieron los capitalinos en esa acción fue que Valdez vio la tarjeta roja.

Segundos más tarde, el árbitro Fernando Guerrero cometió otra pifia. Una falta de Jaine Barreiro sobre Oribe, en el área de los Zorros, no fue sancionada. Miguel Herrera y todo el americanismo montaron en cólera.

Las decisiones arbitrales comienzan a cobrar protagonismo, en el Apertura 2017, para los azulcrema.

El duelo entre el Atlas y el América arrancó con un bombardeo tempranero sobre la meta rojinegra. Cecilio Domínguez, Carlos Darwin Quintero y Silvio Romero tuvieron oportunidades para poner al frente al visitante. Entre la falta de pericia y las manos del guardameta zorro, Miguel Fraga, el local resistió el empuje inicial de los amarillos.

Parecía que era cuestión de minutos para que el talento americanista reflejara su superioridad en el marcador. Estaban a nada de aprovechar la nostalgia que sentía el Atlas por no contar con el liderazgo de Márquez en el terreno de juego.

Quintero, apenas en el amanecer de la segunda mitad, puso un disparo bombeado en el poste y el rebote envió la pelota hacia afuera. El colombiano, incrédulo, volteó hacia el cielo e hizo una rabieta de desacuerdo con su fortuna.

Los tapatíos mejoraron lo suficiente para equilibrar el encuentro. Se toparon con la pena máxima desperdiciada y luego la controversia en su área marcó la diferencia.

La falta sobre Edson Álvarez decantó todo en favor del americanismo. Peralta hizo el gol del triunfo, con cobro desde los 11 pasos, y celebró los cinco años del metal áureo en Londres 2012.

Oribe es de oro. Lo tiene bien guardado en la mente y el americanismo lo agradece.

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