Tarde extraña en CU. Que hubiera aplausos, halagos, cantos de victoria al final de un partido de los Pumas como locales fue muy raro.

El triunfo ante el Atlante por 3-2, más que tres puntos, resultó un motivo de reconciliación entre los felinos y sus fieles.

Los universitarios se habían acostumbrado a los insultos, a los abucheos y a los cuestionamientos. Muchos juegos se fueron despedidos por una afición hirviente, furiosa y que le había volteado la espalda por completo a su equipo.

Decisiones directivas en esta temporada hizo que los seguidores auriazules lanzaran gritos de repudio a Universidad. En los triunfos había algunas felicitaciones, pero más muestras de rechazo. Obvio, en las derrotas, esas manifestaciones se recrudecían irremediablemente.

La última jornada deparó que Pumas buscara un milagro que estuvo a seis goles más de suceder para llegar a la Liguilla, pero al no darse, derrotar a los Potros de Hierro, aunque haya sido por un gol, significó un alivio.

Ya no hubo al final del encuentro en el Olímpico de CU caras cabizbajas, resentidas y desencajadas en los futbolistas felinos.

Luis Fuentes, autor del primer gol local (30’) para empatar el tanto de Esteban Paredes (5’), salió de los vestidores con la tranquilidad de haberle dado a su gente una alegría.

Aunque sabe que su derechazo de media distancia para igualar el marcador resultó inservible en la última fecha para calificar.

“No se consiguió estar en la Liguilla, pero no se trata de satanizar nuestro trabajo. Hicimos 23 puntos y quedamos fuera por los goles en contra, ésa es la realidad y ni modo”, apuntó el defensa.

Marco Palacios salió sin dar declaraciones. Hizo un gol de cabeza (39’), que adelantó a los suyos con el 2-1 y un autogolazo (51’) para el 2-2 parcial. Con esa actuación tuvo para salir más tranquilo que de costumbre.

Uno de los últimos en regresar al autobús auriazul para luego romper filas fue Martín Bravo. El argentino lucía sereno, con ganas de esbozar una sonrisa, pero la vergüenza deportiva le ganó.

Su gol de cabeza rubricó al 76’, la victoria que coloca a los universitarios en décimo sitio final.

Pumas no pudo meterse a la Liguilla. Su torneo es un fracaso.

Ante el Atlante mostró buen futbol y el poder ofensivo del que careció.

Los felinos pagaron los cambios de técnico, la mala planeación al inicio del torneo y el no haber utilizado a los refuerzos en varios partidos.

Pero la victoria de ayer fue un alivio y una reconciliación con su tribuna hacia el futuro, porque hacía mucho que en CU, los Pumas no se iban vitoreados. Hoy pueden presumir que así se van a planear su revancha llamada Clausura 2013.

Google News

TEMAS RELACIONADOS