Baila. Chivas baila sobre la grama del Estadio Azteca. Se mueve al ritmo de la cintura goleadora de Norma Palafox y la cadencia de las atajadas de Blanca Félix.

Hay júbilo en la nación del Guadalajara. Pasar sobre el América y enfilarse hacia la gran final de la Liga Femenil bien lo vale.

Una vuelta olímpica tras el empate 2-2 (6-4 global), sirve como una señal inequívoca de que en 2017 el semestre es tapatío. Guadalajara, gracias a sus mujeres, es la única institución que este año aspira a ganar tres títulos absolutos. Los hombres fracasaron en este semestre; las féminas rescatan el orgullo rojiblanco.

La ruta hacia el pase a la serie por el campeonato se abrió demasiado pronto. Colaboración marcada por las americanistas, nerviosas y con dudas; también asombradas con la buena entrada en el Azteca.

Apenas al 8’, una pifia crucial provocó que la semifinal comenzara a tomar el rumbo que, al final, tuvo. Alexandra Martínez falló en despejar un esférico y se lo dejó a Brenda Viramontes. Regalo aceptado. La ariete rojiblanca acertó con el arco vacío.

Las camisetas visitantes saltaron y se convirtieron en la imagen viva de la alegría. América, posesión del balón sin mayor pegada. Los contragolpes del Rebaño lucieron potentes, como si en cualquier momento la ventaja se extendería. Las azulcrema estaban temerosas.

Vino otro golpe del chiverío. Un tiro de esquina peinado y Norma Palafox cabeceó a contrapié. El 2-0 de la tranquilidad. Ventaja que resultó lapidaria.

Con su tanto, la delantera chiva convocó a sus compañeras hacia el tiro de esquina. Ellas comenzaron a aplaudir y Norma comenzó a ejecutar su baile al estilo de Rodolfo Pizarro. Movimiento de manos y una media vuelta con su cintura y caderas en un acto ganador. La estirpe americanista obligó a reaccionar. A morir en la batalla con honor. Sabedoras de la adversidad que enfrentaron, vinieron de atrás para ponerle dignidad al marcador. Lograron la igualada, por medio de Dayana Cázares y Casandra Cuevas.

Pero la frustración americanista la selló la portero Blanca Félix. Hizo cuatro atajadas, cuando las Águilas más apretaban en la búsqueda de la remontada. “Portera, portera”, coreó la parcialidad rojiblanca. Cuando acabó el encuentro, se arrodilló, agradeció a los dioses y corrió por toda la cancha por el éxtasis de darle el pase al Guadalajara. El Rebaño es Sagrado, en la rama femenil irá por la corona de la Liga Femenil. El baile de Palafox y las manos de Félix así lo sentencian.

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