QUERÉTARO.— Si hay algo que destacar de los jugadores del Querétaro, es su amor propio. A pesar del adeudo que tiene el club de Gallos Blancos con ellos, de casi tres meses de sueldo, los jugadores, cuerpo técnico y utileros se presentan a trabajar sin condiciones, sin poner un pero en la mesa... al menos hasta ahora.
Integrantes del cuerpo técnico que dirige Ignacio Ambriz revelaron que dentro del vestidor de lo que menos se habla “es de los adeudos. Se dedican a trabajar en los aspectos de la cancha, y sobre todo, en lo mental, es lo que más hace Nacho, hablar mucho con ellos para que no se distraigan en otras cosas, que sólo piensen en lo que pasa en la cancha”.
Pero es complicado, muy difícil alejar de su mente que en casa hace falta algo. “Algunos de nosotros, —revela un jugador— con experiencia en esto, nos preparamos para esto. Tenemos familia y sabemos administrarnos, pero hay otros chicos, desde el primer equipo hasta de las menores, que están solteros y viven al día. Hoy con lo que sucede, las están pasando duras, Algunos podemos ayudarlos, pero no siempre, no siempre”.
Mientras hay paciencia, los jugadores se comportan como profesionales. “Algunos medios dicen que no nos concentramos para el juego de Copa contra Atlas, pero eso es mentira. A Nacho no le gusta eso de tener encerrados a los jugadores. Para los juegos de Copa, el equipo no se concentra, es más, si se viaja a alguna plaza cercana como es Celaya, por ejemplo, se hace el mismo día. No hay queja de ellos, a pesar de todo lo que sucede, no hay queja”.
Una muestra más de la unión y solidaridad que se vive en el seno del equipo, fue el asado con el que se convivió al término del entrenamiento de este miércoles que por la mañana, en el estadio Corregidora. La carne la compraron en una carnicería cercana, que se las llevó hasta el mismo inmueble: “Les pagamos cuando nos paguen”, gritaron en broma algunos trabajadores a los asustados mensajeros, que al final fueron remunerados.
El convivio se completó con guisados que las mismas esposas de los jugadores llevaron hasta las puertas del estadio, mientras que los jugadores solteros fueron hasta una tienda de 24 horas, a comprar refrescos y lo que hubiera hecho falta. Adolfo Ríos, presidente deportivo del club, y Mariano Varela, director deportivo, también estuvieron presentes.
“Hay mucha unión —destaca el integrante del cuerpo técnico—. La muestra está en lo del escudo —los jugadores pintaron la columna naranja, color que implantó Yáñez, de negro, como era el color original, en una muestra de protesta pacífica—. Lo que hicieron los jugadores es cosa de ellos, el cuerpo técnico los apoyó al 100%”.