GUADALAJARA.— Frustración convertida en carne y hueso. La manera menos decorosa de caer. Tomás Boy, entrenador del Atlas, pierde control sobre sí mismo. Es otro. “Enloquece” con la derrota por 1-3. Se dirige hacia la banca de Santos Laguna tras el silbatazo final. Encara a Pedro Caixinha, director técnico visitante.
Primero son gritos. Luego se olvida la caballerosidad. El Jefe le mete un empujón al portugués. No hay decoro tras el revés como local que deja a los Rojinegros fuera de la Liguilla por el título y a los Guerreros con el boleto para la semifinal, donde le espera una dura serie ante Cruz Azul.
Atlas tuvo un trepidante arranque. En un tiro de esquina, Facundo Erpen remata de cabeza. Oswaldo Sánchez salva milagrosamente sobre la línea. Omar Bravo contrarremata cerca del arco. El portero lagunero tapa una vez más. El delantero rojinegro levanta la mano. Instante de suspenso.
Jugada difícil de juzgar. El abanderado corre hacia el círculo central. El árbitro Jorge Antonio Pérez respalda a su asistente. Asegura que el esférico ha rebasado la línea y señala el círculo central (5’).
Santos tarda algunos instantes en reponerse, pero lo hace al fin. Gran pelota filtrada de para Darwin Quintero. El colombiano entra solo al área. Define de tres dedos, con la derecha. Miguel Pinto manotea, pero no congela el peligro.
Lucas Ayala viene en carrera con dirección a su arco. No puede despejar. Deja el esférico “muertito”. Andrés Rentería, cuestionado por su mala actuación en el duelo de ida, ha seguido toda la jugada. Está en el lugar adecuado, a la hora justa. Sólo empuja el 1-1, al 15’.
Enseguida, el encuentro cambia por completo. Pelotazo largo, sin aparente peligro. La zaga rojinegro deja botar. La redonda se eleva demasiado. Pinto sale de su área sin necesidad. Facundo Erpen cabecea hacia atrás. Toma muy mal parado a su portero. El chileno se tiende a la izquierda. Desvía con una mano, para evitar el peligro. El árbitro no tiene duda. Señala la falta. Se lleva la mano al bolsillo del short. Muestra la tarjeta roja, por cortar una jugada de manifiesto peligro.
Todo termina al 62’. Rentería entra al área. Levanta la mirada. El centro es preciso a la colocación de Darwin Quintero. Sin arquero, choca el esférico hacia las redes.
Le anulan un tanto al Atlas (88’). Un minuto más tarde, Quintero escapa y define para el 3-1, que festeja frente a la banca local, desatando la furia de Boy y Omar Bravo.
Con el silbatazo final, El Jefe se vuelve un energúmeno. Pierde control de sí mismo. Encara a Caixinha. Le mete un empujón. Frustración total.