Toulouse.— La selección española iniciará hoy el reto de ganar su tercera Eurocopa consecutiva, con un partido que la medirá a la República Checa y en el que tiene numerosos enigmas por resolver.
Encuadrado en el exigente Grupo D, el estadio de Toulouse será el escenario del debut español, cuyas horas previas vinieron marcadas por el “caso De Gea”, con la aparición del nombre del arquero dentro de una investigación sobre un escabroso asunto sexual.
Ese será precisamente el primer enigma que deberá resolver Vicente del Bosque, su seleccionador, quien deberá evaluar si David de Gea está en condiciones de asumir la titularidad en la portería o si se encomienda a la historia representada por Íker Casillas.
“Si vemos que merma las capacidades del jugador, tomaríamos medidas”, dijo Del Bosque, con relación al arquero.
Además, está el asunto del delantero centro, aunque parece que Álvaro Morata lo convenció para ocupar ese puesto. El acompañante podría ser Nolito, aunque otra posibilidad es que el ‘Bigotón’ medite llenar el equipo de volantes, con la presencia de Thiago Alcántara junto a Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Cesc Fábregas y David Silva. Sería una decidida apuesta por los viejos tiempos del futbol de toque ante un rival que promete mucho repliegue.
Más definida aparece la línea defensiva, con la seguridad que ofrecen nombres como los de Sergio Ramos, Gerard Piqué, Jordi Alba y Juanfran Torres.
El objetivo español será despejar las dudas ofrecidas en el último encuentro de preparación, cuando perdió (0-1) ante la débil Georgia, en un encuentro en el que mostró, especialmente en la primera parte, muchos problemas para ofrecer un futbol fluido.
Del Bosque pidió tensión y emoción para el debut español: “Estoy nervioso siempre, aunque no lo parezca. Estamos alterados. Hay que empezar con una enorme emoción; sin eso, es imposible jugar”.
Aunque la selección checa, entrenada por Pavel Vrba, escondió sus cartas durante casi todos los entrenamientos, todo parece indicar que su plan será aguantar atrás y aprovechar el contragolpe frente a un rival que luce más poderoso.