DENVER.— Entre las sonrisas tricolores que genera el primer triunfo dentro de la Copa Oro 2013, ninguna es más grande que la de Raúl Jiménez.
Único futbolista con minutos en la Copa Confederaciones y el máximo torneo de la Concacaf a nivel de selecciones, el delantero del América por fin saboreó las mieles del gol con la camiseta del equipo nacional, ante Canadá.
Eso explica que su semblante irradie dicha, pese a que el accionar del equipo dirigido por José Manuel de la Torre sigue lejos de ser el óptimo.
“Ya llevaba varios partidos con la Selección: amistosos, [de] eliminatoria, en la Confederaciones... Es muy importante haber conseguido gol en este juego”, comparte el chico, quien se ha llegado a desempeñar como volante por izquierda, ya que El Chepo emplea a Rafael Márquez Lugo en el centro del ataque.
Soñado momento que llegó hasta su noveno encuentro con el combinado absoluto. Se presentó el 22 de marzo, frente a Honduras, en San Pedro Sula (14 minutos).
No estaba contemplado para jugar la Copa Oro, mas la negativa de Omar Bravo y el que Oribe Peralta aún no se recupere totalmente de una lesión en la rodilla derecha le abrieron la puerta.
Lo mismo sucedió en la Confederaciones, certamen para el que también se pensaba en El Cepillo y Aldo de Nigris antes que él.
Historia parecida a la que terminó en lo más alto del podio olímpico. Antes del Torneo Esperanzas de Toulon 2012, Alan Pulido, Jerónimo Amione y hasta Érick Cubo Torres lucían con más posibilidades de jugar en Londres, pero el hidalguense aprovechó la rendija que se le ofreció.
“Mi primer gol con la Mayor es algo que venía buscando desde hace tiempo”, atina a mencionar, todavía emocionado. “No se me había dado, pero afortunadamente lo pude hacer ahora y buscaré más”.
Anotación con doble valor, porque rescató a la Selección Mexicana de un complicado trance, en el que el rival se acercaba con peligro al marco custodiado por Jonathan Orozco.
Pese a que el Tricolor debe mejorar, Jiménez espera que la victoria sobre los norteamericanos signifique el revulsivo que necesitaba un grupo al que se le cargaron culpas que no eran suyas, presión que aumentó con la derrota frente a Panamá (1-2), en el debut dentro de la Copa Oro.
“Me siento muy contento por el triunfo del equipo, por haber podido contribuir a que se ganara”, revela. “Afortunadamente se nos dio y de aquí para adelante”.
“Es algo muy bonito, que uno trabaja. Hacer goles donde sea siempre es padre, pero con tu Selección, cuando estás representando a tu país, lo es mucho más”.
Por eso sonríe como nadie. Tiene la ilusión de que sólo haya sido el inicio de una larga cadena de festejos.