Cuando Christian Giménez se marchó del Pachuca, para integrarse al Cruz Azul (diciembre de 2009), Damián Álvarez consideró prácticamente imposible volver a compartir vestuario con uno de los mejores amigos que le ha dado el fútbol, ese del que es compadre.
La naturalización de ambos, combinada con el nivel mostrado en sus respectivos clubes, les da la posibilidad de reunirse tres años y medio después, aunque dentro de un plantel que lucía más como utopía: el de la Selección Mexicana.
“Por ahí, si lo pensábamos un tiempo atrás, era algo que no se podía imaginar, pero siempre es bueno reencontrarse con aquellos jugadores con los que compartiste muchos momentos futbolísticos, personales, y sabemos la clase de jugador de la que estamos hablando [El Chaco] y el entendimiento que podemos tener”, valora El Enano. “Ojalá que lo podamos hacer con todos de igual manera”.
Dupla méxico-argentina clave para la obtención de la Copa Sudamericana 2006, así como el Clausura 2007 en la hoy Liga MX, puede significar una pequeña sociedad que colabore en la reconstrucción del Tricolor.
Volver a estar juntos les emociona. Especial motivo para sentirse todavía más comprometidos con José Manuel de la Torre.
“[Me siento] muy contento. [Álvarez] es una persona con la que, en algún momento, nos pusimos a pensar si algún día nos reencontraríamos y hoy tenemos la oportunidad”, comparte Giménez. “[Debemos] agradecerle a Dios y al Chepo por dárnosla”.
Sueño al que desean aferrarse con buen futbol. Los dos saben que la realidad sería mejor que cualquier fantasía, si son parte del grupo que participaría en la próxima Copa del Mundo.