Perder una ventaja de tres goles en el Clásico Joven ha provocado que Tomás Boy habite en el ojo del huracán. Buena parte de la lastimada afición celeste exige que el “Jefe” abandone la dirección técnica del equipo, pero Christian Giménez solicita que las venenosas dagas apunten a otro lado.
La directiva ha ratificado a Boy en el cargo, pero Giménez sabe que en el futbol todo puede pasar.
Dolido, el actual símbolo de La Máquina reconoce que ha llegado el momento de que los futbolistas se responsabilicen de los “papelones” vividos durante los más recientes años, como el del sábado ante el América.
“No vamos a hablar del entrenador. Tenemos que hacernos responsables de lo que pasó… Tomás no tiene algo que ver”, aseguró el “Chaco”, momentos después de la inverosímil derrota frente a las Águilas. “Él está afuera y no puede hacer mucho. Pone a 11 dentro de la cancha y nosotros tenemos la obligación de reaccionar”.
“¿Cómo jugamos bien los primeros 45 [minutos] y en el segundo [tiempo] dejamos de hacerlo? Eso es de los jugadores y nos tenemos que hacer responsables, nos tiene que doler, porque ya estamos hartos de que pasen estas cosas. [Hay que] saber que realmente tenemos que despertarnos de una vez por todas, porque no solamente sufrimos nosotros, sino nuestras familias… A agachar la cabeza y trabajar”.
No les queda de otra después de haber firmado otro doloroso pagaré emocional a su lacerado pueblo.
Además de lo que significa padecer una nueva voltereta contra el adversario más acérrimo y dejar escapar la posibilidad de meterse a zona de Liguilla, el atacante no olvida los efectos colaterales que trae lo sucedido en el Azul, como la justificada molestia de sus seguidores.
“Nos duele mucho, más por la gente que nos apoya y ver la manera en la que sucedió todo te duele, pero en la vida siempre hay que dar la cara, aunque los madrazos son duros”, admitió. “No hay que buscar excusas, los responsables somos los jugadores. Lo hemos hablado entre nosotros”.
“De una vez por todas, los jugadores tenemos que hacernos responsables de lo que ha pasado”.
Se refiere estrictamente a la porción de amargura que corresponde a cada quien. A final de cuentas, lo vivido contra las Águilas sólo fue un nuevo eslabón en la interminable cadena de decepciones que tiene preso al equipo y su gente.
Eso sí, Giménez sentenció que no sentirá “vergüenza nunca, porque trabajo todos los días para darles lo mejor. Uno siempre busca ser leal… Pasan estas cosas y te duele, como aficionado”.