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Osmar Mares y Pablo Aguilar están sentados en la sala de prensa del América. No los separan ni 50 centímetros, pero sus ideas son totalmente opuestas con respecto al liderato.
Mientras Mares piensa que la cima del Apertura 2014 “no es prioridad” para los de Coapa, el paraguayo mantiene la obsesión por ese lugar.
“No es la prioridad [terminar en el primer lugar del torneo], pero es importante por el cierre en casa, que también cuenta y queremos ganar”, dice.
“La afición pesa, es importante quedar de superlíderes y cerrar en casa, es objetivo a cumplir, pero no es prioridad”, continúa firme.
Aguilar piensa distinto. Busca que América sume ante el Atlas para aferrarse a ser el mandón de la Liga.
Dice el sudamericano que en la institución americanista, “quedar como segundos no tiene ningún mérito. Aquí siempre nos dice que la exigencia es ser los primeros”.
Una de las leyendas más sonadas en el futbol mexicano es que existe una maldición que acecha al superlíder y que le conplica ser campeón.
Aguilar no cree en maleficios, ya que “para mí, el liderato significa llegar en buen momento, demostrar que hiciste las cosas bien, que fuiste regular y pensar en pelear el campeonato”.
Los ‘reyes’ de las amonestaciones
Pablo Aguilar sonríe nerviosamente cuando se le menciona que el América tiene la marca de más tarjetas amarillas recibidas durante el Torneo Apertura 2014.
Evita atribuírselo a un sistema de juego ríspido o a que los árbitros son demasiado “quisquillosos” con los emplumados a la hora de marcar la faltas.
“Tal vez en algunas jugadas entramos con mucha fuerza y es por la garra que le ponemos a cada jugada”, describe.
“En mi caso personal es porque le pongo mucha pasta a las jugadas, yo nunca doy un balón por perdido y creo que mis compañeros juegan así también”, abunda el central azulcrema.
Sin embargo, resalta el hecho de que su equipo sólo se haya quedado en inferioridad numérica en una ocasión.
Ayer, este diario publicó que el América tiene 52 amonestaciones, líder en ese rubro y es el último lugar en la tabla del fair play en el torneo.