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De pronto, Rafael Márquez ha vuelto a soñar en grande. Se ve en Rusia 2018, lo que sellaría su quinta participación mundialista, como un histórico en la máxima justa del planeta.
“No lo sé si sueño con ello”, se sincera el ‘Káiser de Michoacán’. “Muchos amigos cercanos y familiares me comentan de por qué no [buscar] un quinto Mundial, mas yo realmente quiero ir paso a paso, día a día, queda mucho tiempo por delante”.
Por un lado, “sí sería algo histórico, porque muy pocos jugadores han conseguido estar en cinco Mundiales [el portero mexicano Antonio ‘La Tota’ Carbajal y el alemán Lothar Matthaeus], pero como lo dije cuando me hablaron de ser el único jugador en portar el gafete de capitán en cuatro Mundiales: esas sólo son estadísticas”.
En conferencia de prensa realizada en el auditorio del Estadio Azteca, Márquez Álvarez detalla, sin embargo, que en especial “a mí lo que me gustaría es ganar algo importante con la Selección”, lo que mueve al central mexicano a aspirar a otra Copa del Mundo. “Lo grupal me importa más”, indica.
A sus 35 años, el futbolista se siente más fuerte que nunca y a nivel competitivo está feliz con lo mostrado hasta la fecha con el Hellas Verona.
“Creo que ahora que estoy en la Liga italiana, la competencia es baste fuerte, el modo de entrenarse es diferente a lo que estaba acostumbrado en otros equipos. Se trabaja mucho la fuerza y la táctica, así que físicamente, tengo que estar al 100% para cubrir lo que el entrenador necesita de mí”, asegura.
“Con ese nivel, yo creo que puedo estar peleando un puesto en la Selección”, añade convencido el capitán tricolor, esperanzado en participar el próximo año en alguno de los dos certámenes importantes, la Copa América o la Copa Oro. “Me siento bastante fuerte en ese sentido, como para ver qué competición, estoy dispuesto a lo que Miguel [Herrera] decida”, precisa. “La disposición que tengo hacia la Selección Mexicana es total”.
De hecho, dice, ha charlado con el ‘Piojo’ sobre lo que está por venir. “Tengo buena comunicación con él”, confiesa. “Lo hemos hablado”.
“Ahora sí que tendríamos que ver qué facilidades podría dar la directiva de Verona, si es que puedo estar para la Copa América o la Copa Oro. Primeramente, la decisión creo que la tiene que tomar Miguel”, abunda.
Mas, decididamente su andar por tierras italianas le permite aspirar a más con la Selección Nacional, donde tiene una cuenta pendiente.
“Decía en Sudáfrica que era mi último Mundial y creo que en Brasil jugué mi mejor Mundial. A los 35 años me siento muy bien, fuerte. Muchos decían que estaba para el retiro y pienso que demostré otras cosas”, presume.
Mas en este momento “prefiero no hablar ni decir, porque son enseñanzas que me dio la vida”.
Así, antes de hablar de retiros y despedidas, “la vida me ha enseñado que no, mi metabolismo y mi físico me han permitido seguir con un nivel importante”, dice, a tal grado que “la Liga italiana se ha fijado en mí, y no nada más un equipo, sino varios”.
Hoy en día “trato de hacer lo mejor y en poco tiempo, en mi equipo, me han dado el gafete de capitán en una ocasión”, pondera. “Tengo que seguir trabajando hasta que el cuerpo aguante y hasta que me diga: ‘Ya no puedo más, ya no puedo seguir a un nivel alto’. Si se me da llegar a Rusia, bien; si no, estoy contento con lo que he ganado”.