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Tienen una asignatura pendiente

Tienen una asignatura pendiente
14/02/2014 |00:56
Redacción Querétaro
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SAO PAULO.— Cuando se hizo la selección de las ciudades que serían sedes mundialistas para la Copa del Mundo, esta megalópolis estuvo a punto de quedar fuera. Su elección ha ido cuesta arriba y para ello ha tenido que construir un estadio totalmente nuevo. Esta es la historia de cómo el equipo de los pobres salvó a Sao Paulo de quedar fuera del Mundial 2014.

En Brasil, el futbol es más que una religión. Todos, absolutamente todos deben tener un equipo al cual irle. No importa que seas ateo. Debes elegir uno para evitar ser marginado, aunque seas ermitaño. El que elijas identificará tu orientación política, económica y social. Y en cada ciudad, siempre hay dos equipos importantes: el de los ricos y el de los pobres. El Corinthians siempre ha sido el de los pobres.

Para la “Nación Corinthiana”

Corinthians es el segundo club de futbol más famoso de Brasil y con más seguidores en el país, sólo por debajo del Fluminense de Río de Janeiro. Son los dos equipos que jueguen donde jueguen, por el número de seguidores, es como si jugaran de local.

Pero el Corinthians, pese a su fama, era el único que no tenía un estadio para albergar sus partidos, carecía de una casa. Corinthians siempre se ha definido como el de los pobres, los progresistas, los de izquierda. Su contraparte es el Sao Paulo FC.

Cuando el ex presidente Lula da Silva promulgó una ley para otorgar derechos a los torcedores —aficionados— y acotar el poder de los empresarios, recibió un embate. Una huelga general paralizó el futbol. El Corinthians enfrentó su gran dilema, estar del lado de los dueños o del lado de uno de sus más fieles seguidores. Entonces rompió la huelga y apoyó al líder sindical.

Cuando la FIFA y el gobierno de Brasil comenzaron a buscar las ciudades sede, Sao Paulo, capital financiera de este país, la ciudad más grande de América del Sur y la cuna del futbol en Brasil, estuvo a punto de perder su boleto. La ciudad entregó el proyecto para remodeler el mítico estadio Morumbí del Sao Paulo FC y fue rechazado por la FIFA.

Sao Paulo estaba contra las cuerdas. No tenía un lugar y no sería sede del Mundial. Fue entonces que el Club Corinthians levantó la mano. De la nada construirían un estadio de las magnitudes necesarias para la apertura de la Copa del Mundo y cinco juegos más.

Aunque la normatividad de FIFA marcaba que el gasto de reformar estadios para la Copa debería correr a cargo de las ciudades sede y de los clubes deportivos dueños de los recintos, el Gobierno federal terminó otorgando créditos a bajo interés a las ciudades y a los clubes.

En el barrio de Itaquera

El Arena Corinthians se ubica el este de Sao Paulo, cerca de la zona conurbada y a orillas de la ciudad, en el barrio de Itaquera, identificado con la lucha de las clases más pobres de esta megalópolis. Itaquera, en la lengua tupí-guaraní, significa “piedra durmiente”, pero su significado popular entre la gente de Sao Paulo ahora es El Dorado, es decir, lugar de oportunidades.

Al barrio de Itaquera cada año llegan cientos de migrantes de otros estados de Brasil que huyen de la miseria. Vienen a probar suerte en las fábricas de las orillas de Sao Paulo. La gente de estos barrios periféricos tiene una inspiración, un modelo a seguir: el ex presidente Da Silva, quien junto a su madre y hermanos llegaron desde el nordeste huyendo de la miseria. Llegaron al barrio de Sao Bernardo, algo próximo hacia el sur.

Un rompecabezas rectangular

El estadio se alza en un predio al oriente de la ciudad, en un área de 198 mil metros cuadrados y contará con una superficie construida de 189 mil. Está conectado con la ciudad por medio de grandes avenidas, así como una estación de metro y tren, por lo que el acceso de la afición está garantizado. Alrededor hay poca infraestructura, no hay hoteles ni grandes centros comerciales.

La estructura del Arena Corinthians es una especie de rompecabezas con pilotes que soportan elementos ya armados. Desde el punto de vista estructural, 80% son piezas prefabricadas. El reto de la obra es el armado y la precisión para ensamblar. Tiene una forma rectangular compuesta por dos edificios, uno en el oeste y otro en el lado este. El edificio oeste estará cubierto por una fachada de cristal, mientras que el edificio este contará con una gigantesca pantalla LED.

El Itaquerao, como también se le conoce, es uno de los seis estadios que aún están pendientes de ser entregados a la FIFA. Sólo una tragedia, como la ocurrida el 27 de noviembre con el desplome de una grúa, podría obligar a dejar fuera a esta ciuad como sede mundialista.

Tras el Campeonato Mundial, el estadio del Timao —el Equipazo, como lo llaman aquí— deberá probar ser rentable. Con un avance de 93%, por ahora, el mayor reto es terminarlo antes del próximo abril para que cumpla un sueño: la apertura de la Copa del Mundo.