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La estampa con el bat refleja la figura de un veterano, su accionar con el madero respalda el pensamiento. Con el guante dibuja jugadas que firman la experiencia, pero existe algo que no concuerda y es su rostro el que lo delata porque conserva la mirada ingenua, los rasgos de niño.
Daniel Castro, jugador de los Saraperos de Saltillo apenas rebasa dos décadas de vida, pero a su corta edad ha evolucionado al punto que en su segunda temporada en la Liga Mexicana de Beisbol, ya fue parte de un Juego de Estrellas de la LMB.
Castro, miembro de una familia en la que el beisbol ha sido un miembro más a lo largo de generaciones, fue el pelotero más joven del pasado Juego de Estrellas. Su talento hoy conocido en los parques nacionales, no pasó inadvertido para el ojo clínico de los scouts de los Bravos de Atlanta, que lo firmaron a los 17 años de edad, después de un nacional que se disputó en Guaymas.
“Luego del Nacional, la gente de los Bravos me hizo un tryout y José Manuel Samaniego fue el que me firmó, un momento importante ya que estaba chiquito y confiaron en mí”, confiesa Castro.
Daniel asegura estar muy contento por sus logros, pero no satisfecho. Estampar su firma con una novena ligamayorista fue algo que lo llenó de ilusión, aunque sigue trabajando para que su apellido se traslade de un papel, a la parte trasera de la franela de los Bravos y demostrar su valía.
“Estoy contento, pero no me quiero estancar, quiero ir mejorando poco a poco, tratar de jugar en Estados Unidos lo antes posible”, sostiene el segunda base de Saltillo que esta temporada batea para .307 con 18 carreras remolcadas.
Gracias a sus cualidades, Daniel se ha quitado la etiqueta de ser el hermano de Humberto Castro o el primo de Genaro Andrade, peloteros que también forman parte de la Liga Mexicana con Puebla y Saraperos, respectivamente.
Con aporte ofensivo y resguardado el cuadro Daniel Castro está llamado a ser uno de los próximos representantes de la pelota mexicana en Grandes Ligas.
“Estoy listo, trabajo fuerte día con día”, dijo el sonorense. “Ojalá pronto me llamen los Bravos para que ellos vean todas mis cualidades”.