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Aquel gesto endurecido y constante postura a la defensiva han sido suavizados por el exitoso presente de un equipo que parece haber exorcizado a casi todos los fantasmas que le aterrorizaron durante los más recientes 15 años.
La mirada de Alberto Quintano irradia genuina ilusión. El director deportivo de La Máquina valora que, por fin, las victorias aparezcan a la hora cero, no en partidos que se limitan a otorgar un beneficio numérico.
“Hoy, lo bueno de Cruz Azul es que está ganando los partidos importantes o las eliminatorias importantes”, sentencia el chileno.
Para muestra, la victoria sobre el Morelia (4-2) en la ida de los cuartos de final, pese a que los Monarcas se quedaron a un gol de clasificar en el cotejo de vuelta. A final de cuentas, el golpe asestado en el estadio Azul tuvo consecuencias definitivas.
Aunque ambos encuentros se definieron en serie de penaltis, los triunfos ante el América (semifinales) y el Atlante (final), en la Copa MX, también forman parte de la lista valorada por el ex defensa central, quien prefiere no acordarse de los múltiples tropiezos celestes.
Su discurso está enfocado en el optimismo generado por alcanzar las semifinales, tras dos años de ausencia. La más reciente aparición de los azules en la ronda de los cuatro fue en el Clausura 2011. Perdieron ante el Morelia (2-3 global).
“No quisiera analizar el pasado, sino el presente”, ataja el directivo. “En este instante, tenemos que abocarnos al ahora”.
Ese que ha reactivado los sueños de un pueblo que halló cierto desahogo con el título obtenido, hace poco más de un mes, en el estadio Andrés Quintana Roo de Cancún.
Quintano reconoce que hay sintonía con los altos mandos cementeros, porque la cúpula de la institución “siempre está ilusionada... Y qué bueno que la gente está así. Esperamos poder cumplirles”.
Deseo que no puede ser desbordado, según su perspectiva, sobre todo, si enfrente se tendrá a un rival tan poderoso como el Santos Laguna.
Al igual que el resto de la directiva, jugadores, cuerpo técnico y afición, el andino sueña con que los Cementeros vuelvan a una serie por la corona, pero no olvida que los Guerreros cuentan con jugadores desequilibrantes en todas sus líneas.
“No podemos hablar de título cuando tenemos que pasar etapas”, ataja. “Cruz Azul siempre tiene obligaciones, pero tranquilos...”.
Lo que sí le resulta imposible ocultar es el orgullo que le provoca saber que el plantel dirigido por Guillermo Vázquez acaparó reflectores durante los cuartos de final, en especial por la exhibición ofrecida durante los primeros 90 minutos de la serie.
“Qué bueno que seamos animadores [de la Liguilla]”, atina a decir, justo antes de acentuar su enorme sonrisa. “Ojalá se pueda seguir en el mismo sendero”.
Ritmo que le ha permitido suavizar el endurecido gesto y defensiva postura que le caracterizaban.