La medalla mundial llegó como una bocanada de aire fresco para el halterista mexicano Lino Montes.
Después de no recibir apoyo de su federación ni becas suficientes para mantener sus entrenamientos, el yucateco retoma sus ilusiones tras obtener la plata en la justa del orbe celebrada en Anaheim.
“Viví momentos muy complicados en lo deportivo y lo económico. Esta medalla no pudo llegar en mejor momento”, comentó el seleccionado.
Montes, quien en su palmarés puede presumir un sexto lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se encuentra motivado aunque con los pies en la tierra, pues sabe que el camino es largo rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020.
“Una persona clave para conseguir la medalla fue mi entrenador, David Carrillo, quien siempre me inculcó competir con una mentalidad ganadora. Con la medalla en las manos ya puedo comenzar con mi planeación para llegar a mis segundos Olímpicos con mayor tranquilidad”.
La de Lino fue apenas la tercera medalla para México en Mundiales de Halterofilia. Las otras fueron un bronce de Antonio Vázquez, también en Anaheim y el bronce de Bredni Roque en 2015.
“Lo que sigue para mí es mantener mis entrenamientos sin descanso. Para llegar en mi mejor momento al ciclo olímpico es necesario dar el cien por ciento sin distracciones y en unos años más podré tener mi recompensa. El 2017 ha sido un gran año y espero seguir por el mismo camino”.