Para el Mundial de 2018, podrían juntarse tres generaciones ganadoras para formar la Selección Nacional Mayor: la campeona del Mundial Sub-17 de 2005; la campeona del Mundial Sub-17 de 2011; y la ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres.
La Copa del Mundo de ese año se realizará en Rusia, y México podría presentar una Selección con puro jugador campeón, con futbolista que no tiene miedo a dar el paso más allá del límite, lo que provocaría el despegue del futbol mexicano.
—Esa fecha, ese Mundial, ese torneo ¿será el clave?
“Ese Mundial será muy interesante y pienso que puede ser la punta de lanza para México”, afirma Jesús Ramírez, técnico campeón del mundo en 2005.
Para esa Copa del Mundo, jugadores como Carlos Vela, Héctor Moreno y Giovani dos Santos, campeones del 2005, tendrán alrededor de 30 años.
Carlos Fierro, Francisco Flores o Giovanni Casillas, ganadores del 2011, tendrán 24.
Y los de los olímpicos, como Javier Aquino y Marco Fabián, 28.
“Imagínate cuando esos equipos se junten, más los que estén en buen momento. Son chavos que tienen otra mentalidad, que ya no crecieron con las historias de derrotas del pasado que tanto daño nos hicieron, las de los llamados Ratones Verdes sino de triunfo, de campeonatos del mundo”, apunta Ramírez. “Eso motiva, eso te hace tener metas a corto plazo, de inmediato. Eso te hace darte cuenta que sí se puede, que no hay límites".
Sólo es cuestión, agrega el campeón del Mundo en 2005, Édgar Andrade: “Que se le dé continuidad a los procesos. Que a estos chavos les den verdaderas oportunidades, sólo así se podrán dar los resultados que todos queremos”.
—Pero... ¿Qué pasa con los que no llegan, los que se quedan en el camino y ni siquiera debutan en Primera?
“Es cuestión de educación”, afirma Ramírez. “Simplemente es algo natural, quien está bien preparado llega a donde se lo propone, quien no, se queda en el camino. No importa qué tan bien juegues, si no tienes mentalidad, si no ejercitas tu cerebro, no podrás llegar lo lejos que pretendas. Unos dicen: ‘ya conseguí esto’, pues ahora hay que pensar: ‘quiero lo otro’. Los que se quedan con lo que obtuvieron... fracasan”.
Claros ejemplos de esto son Pedro Valverde y Heriberto Beltrán de la Sub-17 de 2005, que simplemente se dejaron llevar por la fama y aún luchan por consolidarse en equipos del Ascenso. Algunos como Valverde se vieron inmiscuidos en temas de adicción. De los campeones del 2011, como Julio Gómez y Jorge Tostado, han destacado más por cuestión de indisciplina, que por lo hecho en la cancha de juego. “Quizá se conformaron con lo que lograron, o no hubo quien les aconsejara para seguir adelante. Pero si se trabaja a ciencia cierta, verán que en 2018 se dará el salto que todos esperamos en Selecciones”, afirma Ramírez.
Y es que todos serán campeones del mundo. “La mentalidad, lo afirmo, será distinta”, finaliza Chucho.