GUADALAJARA.— Las dos manos recogidas a la altura del pecho. Un salto. Dos. Tres. Pequeños, pero dolorosos para el Rebaño Sagrado. Luis Gabriel Rey imita a un canguro. La celebración del colombiano imparte justicia: el 1-1 premia al que ha intentado más en la segunda parte y castiga a quien ha pretendido defender la ventaja.

Chivas tiene cosas que lamentar: ha dejado escapar la tercera victoria consecutiva y su futbol vive un retroceso. El corazón mostrado en el Clásico no apareció.

Eso sí, disfruta las bondades del sistema de competencia: el punto sumado frente a Jaguares, le permite llegar a 17 y, por goleo colocarse en el octavo puesto, el último que da pase a la Liguilla, por ahora.

Es el inicio, Guadalajara cumple con algo de lo mostrado: tiene la pelota más que el rival, pero generar peligro le cuesta trabajo.

La nueva cancha del Guadalajara no ha terminado de asentarse. Es un terreno de juego complicado, que cobra factura cada dos domingos. Un lesionado más: Rafael Márquez Lugo abandona el campo de juego. Duro golpe.

Pero el Rebaño aprovecha un error de Jaguares y Miguel Gallardo sólo tiene que ir al encuentro del balón para romper el cerco jaguar. El Rebaño Sagrado toma ventaja.

Pero en la segunda parte, la historia toma otro rumbo. Chivas no sabe defender su ventaja. Jaguares toma el control y empieza a crear peligro. Primero, Luis Rey se queda cerca del empate con un buen cabezazo, que Luis Michel detiene. Minutos después, Jorge Rodríguez tiene la pelota para empujar al fondo, pero la defensa barre para robarle el gol y más adelante, Leiton Jiménez gana el esférico y el testarazo es de nuevo contenido por Michel.

Parece cuestión de tiempo y lo es. Franco Arizala alcanza un pase filtrado, encara al arquero, dispara y Michel rechaza. La pelota queda en pies de Luis Gabriel Rey. El colombiano controla con tranquilidad. Tiene a dos zagueros enfrente. No hay portero. Decide sencillo. Toca pegado al poste. Gol de Jaguares. El empate en el Omnilife ha llegado.

El golpe deja al Rebaño en terapia intensiva. Ni siquiera termina el partido completo. Héctor Reynoso se va expulsado casi al final al ver su segunda amarilla. Se perderá el duelo frente al Atlante.

La angustia se apodera del Omnilife. El punto está a punto de escaparse. Édgar Andrade se para frente al esférico para cobrar un tiro libre. La ejecución es impecable. Libra la barrera. Se dirige con potencia al ángulo superior derecho, pero... Luis Michel vuela. Llega a esa esquina que normalmente luce tan lejana. Saca el gol de la derrota.

El portero salva el empate y Chivas, con un retroceso en su accionar futbolístico y con la incipiente racha de victorias cortadas, se mantiene en la pelea. Sueña con la Liguilla. Pero si quiere aspirar a más, actuaciones como la de ayer, no deberán repetirse.

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