Figura quijotesca, andar pausado. Mira el ambiente y parece asustado. Traje gris, corbata verde, institucional. Se sienta entre Santiago Baños y Decio de María, se pone sus lentes, saca unos apuntes, respira profundo y escucha atento las palabras de De María.
“Juan Carlos Osorio era quien necesitaba a una selección como México”, dice el presidente de la Federación Mexicana de Futbol.
Hay técnico nacional. Un día después de que Ricardo Ferretti dejara el puesto, el colombiano Osorio lo asumió, se sentó en la silla más caliente del futbol mexicano y de momento encantó con su hablar pausado, explicativo, demasiado extendido.
Prometió armar un equipo que juegue “bien, que no bonito”, alabó la capacidad física y futbolística del jugador mexicano, dijo que enfrentará la eliminatoria mundialista con respeto ante rivales “quizá no tan históricos” y afirmó que piensa llegar, en caso de calificar a Rusia 2018, al famoso “quinto partido”.
Después de los agradecimientos de rigor, el técnico quiso convencer de que su relación con México es entrañable, yendo hasta sus días como inmigrante en Estados Unidos, donde convivió con “braceros” mexicanos. “Ahí reconocí que ustedes, como los colombianos, tenemos predisposición al sacrificio, a mejorar la vida. También competí contra equipos mexicanos a nivel amateur, y reconocí su combatividad y entrega”.
De ahí, los años pasaron y ya como técnico reconocido brincó a la Liga mexicana con el Puebla. “Tuve un paso por la Liga y me cautivó. El futbol mexicano es muy similar a la idea nuestra de juego. Aquí se juega con tres en defensa para ser más ofensivos, con volantes laterales que van mucho al ataque, siempre se busca la portería de enfrente y por todo eso, no dudé en aceptar la oferta”.
“Cumplo con un sueño personal de tratar de ir a un Mundial de futbol, espero que el país lo disfrute, lo viva y podamos lograr ese gran objetivo”.
Osorio quiso mostrar inmediatamente sus conocimientos e impartir cátedra. Definió al jugador mexicano como “más de resistencia y con otros factores como contracciones rápidas y explosivas, ahí está gente como [Javier] Aquino, [Carlos] Esquivel, Carlos [Vela] o Jesús [Corona]. Hay una buena mezcla, muy importante, para que el equipo compita bien y desequilibre; el jugador mexicano es muy dotado técnicamente y viendo los campeonatos juveniles que ha ganado últimamente, podemos apreciar que a futuro hay mucho potencial”.
Y habló del futbol que prefiere: “Nos gusta atacar siempre con tres [delanteros], dos abiertos y un referente. Esto no quiere decir que no podamos mirar otras posibilidades. Sé bien que hay gente de mucha capacidad arriba como Oribe [Peralta], Raúl [Jiménez] o Javier [Hernández]. Nos gusta el 4-3-3, con un sólo volante central y dos interiores para tener juego interno y externo”.
La teoría explicada por Osorio, parece que funcionará, pero tendrá que dar resultados de inmediato, ya que en poco menos de un mes, el 13 de noviembre, tendrá que debutar, sin juego de preparación previo, en plena eliminatoria en contra de El Salvador en el Estadio Azteca.
“Las formas son muy importantes y para lograr buenos resultados hay que jugar bien, no bonito... El Salvador es un equipo de elaboración, Honduras va más al físico... Trataremos de dar buenos resultados”, dijo.