daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Un diminuto viaje al pretérito es suficiente para que Rafael Márquez solicite cordura, en medio de la positiva atmósfera reactivada después de la victoria tricolor sobre Nueva Zelanda (5-1), en la repesca mundialista.
El capitán de la Selección Mexicana también saborea el virtual boleto al Mundial Brasil 2014, pero recuerda que el exceso de confianza y la soberbia suelen ser los adversarios más despiadados del equipo nacional.
“Se ve [cerca la Copa del Mundo], pero hay que trabajar esos 90 minutos [del segundo partido] y tratar de hacer las cosas lo mejor posible”, aconseja. “Antes se ha pensado que se había ganado y hubo sorpresas”.
Discurso argumentado en innumerables capítulos amargos de un representativo capaz de hacerse difíciles los cotejos que lucen como simple trámite. “Para nada [está sentenciada la eliminatoria]. Faltan 90 minutos y en el futbol puede pasar cualquier cosa”, insiste, mientras frunce el ceño. “Hay que ir con esa mentalidad de hacer el mismo trabajo que se hizo en el Estadio Azteca”.
Mensaje no sólo enviado a sus compañeros. El central se percató del delirio de un pueblo sediento de victorias, al que le pide “que tengan esa calma. Sí, se dio un paso, pero falta. Esperemos que la siguiente semana podamos regresar con el boleto completo”.
Del plato a la boca...
Eso mismo pide otro veterano, que también sabe que del “plato a la boca”... el Tri puede echar a perder todo lo ganado en una buena tarde, con otra de pesadilla.
“No estamos calificados. Al menos nadie me ha dicho eso. Para mí aún queda un partido por jugar”, dijo Antonio Naelson, mejor conocido como Sinha.
No oculta —porque es difícil de después de un 5-1— “que vamos con algo de tranquilidad, más que nada, por el accionar que se mostró, pero de eso a sentirse ya en Brasil, para nada”.
Así, el equipo nacional está tranquilo. “Dejamos una buena imagen en casa, pero queremos dejar una mejor fuera de ella y regresar con el boleto en la mano. Falta todavía un partido y, que yo sepa, no lo hemos jugado aún. Cada juego es una historia distinta”, agrega.
La fórmula
Para que la historia no cambie, el defensa Paúl Aguilar ya tiene la fórmula que debe emplear México en Nueva Zelanda.
“Hay que jugar de la misma forma, con agresividad, intensidad y seriedad. No hemos ganado nada todavía”, afirma.
El lateral americanista afirma que si México “se muestra igual que lo hizo en la ida, no vamos a tener problemas. Nuestro peor enemigo podemos ser nosotros mismos, si no salimos en el duelo de vuelta con seriedad”.
Sería una tragedia perder la ventaja de cuatro goles. Pero esta Selección, atacada por la soberbia a inicio de año, no puede tomar nada a la ligera.