Mauro Boselli creció en Las Barracas, un barrio humilde de Buenos Aires, Argentina, pegado, muy cerca de Vélez Sarsfield. Su mamá, doña Viviana, no lo arrullaba con canciones de cuna, sino con historias de un “pibe de cabello rizado”, que a kilómetros de distancia, en México, en el Estadio Azteca, “hizo a la Argentina campeona del mundo”.
Por eso Mauro, el goleador de León, tiene ganas de levantar la copa de campeón en el Azteca, porque el coloso “significa mucho, y seguramente estará más que lleno”.
Como todo argentino, Boselli creció con esas historias, y quiere revivirlas a su manera.
“Claro que me motiva cerrar esta serie en el Azteca. El estadio estará lleno, con mucha gente en contra, es lindo jugar en un marco así”, dice.
No lo duda, no lo piensa al mencionar: “El Azteca es un estadio mítico para nosotros los argentinos, y claro que me quiero coronar ahí”.
Mas todo con calma. Boselli toma la ventaja que se consiguió en el Nou Camp, con la debida precaución.
“América es un rival durísimo, y lo sentimos mucho más en la ida. Tiene grandes jugadores en todas las zonas del campo, por eso te digo, esto no está definido”.
—¿El 2-0 es engañoso? —se le pregunta a quien inició su carrera en Boca Juniors.
“Es ventaja, pequeña pero ventaja. ¿Engañoso? ¿Quién no quisiera tener un marcador de 2-0 a su favor en la final? Será engañoso para el que va a cuidarse, pero nosotros no lo vamos a hacer, simplemente porque no lo sabemos hacer... Pero, quién no la quisiera tener”.
Goleador
Y si hay dos goles de ventaja, mucho tiene que ver Boselli, autor del segundo tanto, un tanto hermoso, ya que sin ángulo de tiro bombeó el balón por encima del portero de las Águilas, Moisés Muñoz.
“Es importante convertir, y se me viene dando seguido. El gol lo firmo yo, mas lo hacemos todos. A mí me toca hacer goles, el final, pero los fabricamos todos”.
Mas el gol que le anotó al América, fue de gran manufactura. “Sí, fue un gol lindo, pero sólo vale uno. Es más, si me dan a escoger, prefiero anotar de manera menos importante pero que defina una final. Prefiero festejar un gol, pero que sea de campeonato”.
Boselli es copero. Ha ganado dos Copas Libertadores, una con Boca Juniors, otra con Estudiantes; una Sudamericana, también con Boca, además de una Copa FA, con el Wigan de Inglaterra.
Y sólo una Liga, también con Boca.
Así que ya quiere otra... “me siento contento en México, me siento como en casa y quiero regresarles todo ese cariño en la cancha. Quiero terminar este torneo festejando, levantado el título... en el Azteca”.
Y así volverá a esos días de cuna, cuando su madre Viviana lo arrullaba con historias del “pibe de cabello rizado, que ganó un Mundial en el Azteca". Y en el Azteca es donde Mauro Boselli, se quiere coronar.