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Sabe que la estirpe amarilla prohíbe rezagarse, sobre todo en cuanto a dinero, pero también exige no caer en la presunción.
Miguel Herrera soporta lo más que puede... Hasta que decide contestar a las innumerables loas desatadas por los incentivos de Carlos Slim a los futbolistas del León.
Después de la victoria de los Panzas Verdes, en el primer capítulo de la final (2-0), el empresario —accionista del club guanajuatense— obsequió dos iPhone 5S de 16 GB y un iPad mini, de la misma capacidad, a cada pupilo de Gustavo Matosas.
“También le doy regalos a mis jugadores, pero no tengo que andarlo poniendo en un Twitter o algo”, refuta el timonel de las Águilas. “Les doy porque son parte medular de lo que consigue uno”.
“Un jugador no tiene que motivarse con un par de regalos, sino con estar sano, hacer lo que le gusta, estar dentro de una cancha”.
Discurso con el que, aclara, no desdeña los estímulos económicos que suelen aparecer en cotejos tan relevantes como estos.
“A final de cuentas, son motivaciones extra de diferentes circunstancias: directivo, director técnico, entre ellos mismos”, recuerda. “Existen, no tenemos que andar ventilándolas para decir la motivación que le damos al equipo, pero acá también ha habido muchas circunstancias de esas”.
Revela que hasta ha regalado “un coche, [aunque] tampoco tengo para darles a todos. Son situaciones que uno quiere que queden dentro del seno del grupo”.
Como lo sucedido tras la coronación sobre el Cruz Azul, en mayo. Aquella vez, Herrera optó por un presente más sentimental.
“La final pasada fue algo especial. El campeón puede hacer réplicas de la copa y me tocó darles unos llaveritos, bastante bonitos, de plata, porque me pareció algo muy significativo que siempre traerán, ya sea con las del coche o la casa”, comparte. “Siempre estarán en la bolsa de alguien, ya sea las de ellos o sus esposas, con sus iniciales o nombres”.
“Obviamente, los muchachos lo iban a guardar, porque sería algo épico”.
La presencia de Slim en el estadio León y su visita al camerino esmeralda tuvo un considerable impacto mediático, pero el también estratega de la Selección Nacional recuerda que Emilio Azcárraga Jean, propietario del América, gusta de alentar personalmente a su equipo.
“Siempre ha estado con nosotros, pegado”, presume. “Estuvo en el partido con Tigres [de cuartos de final] en el vestuario”.
Eso sí, considera ideal que “figuras tan emblemáticas” estén con los jugadores hasta después de un partido, porque “pueden desconcentrar al grupo”.