París.— El Barcelona dejó casi sentenciada su clasificación a semifinales de la Liga de Campeones de Europa, al someter por un claro 1-3, en el mismísimo Parque de los Príncipes, al París Saint-Germain, que cedió ante el relampagueante trío dinamita, orquestado por Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez, quienes colaboraron activamente en el resultado.

Neymar rompió el cero gracias a un balón filtrado de Messi. Después, el charrúa Suárez liquidó la serie con un doblete, por lo que el PSG está obligado a meterle tres al Barça en el Camp Nou, porque ni con el 0-2 a favor le alcanza para remontar, debido a los tres goles de visita que logró el equipo catalán.

El PSG no pudo sobreponerse a las bajas y el Barcelona hizo un partido muy serio para traducir en tres goles su amplio dominio en el duelo. Gregory van der Wiel, cerca del final, hizo el tanto local. A falta de lo que ocurra en el Camp Nou, el equipo azulgrana dejó casi cerrada la eliminatoria de cuartos de final de la Champions League, por lo que el boleto a semis está a la vista del poderoso club blaugrana.

El Barcelona fue el absoluto dueño del choque durante la primera media hora, cuando ofreció su mejor futbol. Actuó con autoridad ante un PSG al que no le duró el balón y concedió mucho en defensa.

Asolado por las bajas de hombres como Zlatan Ibrahimovic, Marco Verratti o Thiago Motta, el conjunto francés planteó un encuentro lleno de temores. Todo lo contrario que el Barça, que aplicó personalidad desde el inicio.

Messi fue el primero en avisar con un disparo seco que se estrelló en el palo. Fue el preludio del gol del Barcelona, que llegó a los 16 minutos. Maxwell tiró mal el fuera de juego y habilitó a Neymar, quien recibió de Messi y superó a Sirigu por abajo. El tanto silenció el Parque de los Príncipes.

El PSG añadió un nombre más a su poblada enfermería. Fue el de Thiago Silva, quien se marchó del campo después del primer gol azulgrana. Lo sustituyó David Luiz, incluido a última hora en la convocatoria del equipo francés tras recuperarse en sólo 11 días de una lesión muscular para la que le disagnosticaron tres semanas de baja.

El Barcelona perdió la oportunidad de marcar el segundo antes del descanso, porque tuvo al PSG contra las cuerdas. No lo hizo y, a cambio, mostró una actitud conformista que permitió a su rival sumar algunas llegadas y poner nerviosa a la defensa azulgrana. En esos momentos, Javier Mascherano sostuvo al Barcelona.

La segunda parte comenzó con idénticos síntomas. El Barcelona se hizo largo, porque sus tres delanteros se quedaron muy cerca del área francesa, lo que provocó mucha distancia entre líneas. El PSG continuó atacando con fe, aunque le costó generar peligro.

Laurent Blanc, el técnico francés, ayudó al Barcelona al quitar a Rabiot para poner a Lucas Moura. Más que un cambio ambicioso, fue una sustitución temeraria, porque fulminó su propio centro del campo y dejó expuesto a su equipo con las contras.

El encuentro quedó a expensas de una acción individual y la sentencia llegó a los 68 minutos con un espectacular gol de Luis Suárez. El uruguayo dejó atrás a tres jugadores del PSG.

Todavía quedaba por ver una nueva maravilla de Suárez y ésta llegó a los 79’. El charrúa recibió cerca del área en un contraataque, le tiró un caño a David Luiz y marcó con un espectacular lanzamiento a la escuadra. Un tanto de crack mundial.

Acto seguido llegó el tanto del PSG, anotado por Van der Wiel en un disparo que tropezó en Jeremy Mathieu. El Parque de los Príncipes apenas lo celebró. Se sabía eliminado.

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