Foxborough.— Tom Brady sostuvo que no le solicitará a la Corte Suprema que bloquee su suspensión de cuatro juegos por el escándalo conocido como “Deflategate”, con lo que pone fin a una disputa en el escándalo que puso a prueba la autoridad del comisionado de la NFL y ensució la reputación de una de las más grandes figuras del deporte.

“Han sido 18 meses complicados y he tomado la difícil decisión de no continuar con el proceso legal”, escribió el quarterback de los Patriotas de Nueva Inglaterra en su página de Facebook. “Trabajaré duro para ser el mejor jugador posible para los Patriots de Nueva Inglaterra y ansío tener la oportunidad de volver al campo”.

La decisión por parte del cuatro veces campeón del Super Bowl se da dos días después de que su caso fue rechazado por la Corte de Apelaciones del segundo Circuito. La única esperanza que le quedaba a Brady de salir al campo cuando los Patriots inicien su temporada en Arizona el 11 de septiembre, habría sido un fallo de la Corte Suprema, que acepta cerca del uno por ciento de las apelaciones que recibe.

Sin embargo, lo más preocupante para los Patriots era la posibilidad de que se recibiera el caso —que solo requeriría la aprobación de un juez de la Corte Suprema, en este caso Ruth Bader Ginsburg— solo para que el resto de la corte se rehusara a escuchar el caso. Eso habría dado lugar a que la suspensión se hiciera vigente en un momento más inoportuno de la campaña, tal vez en Playoffs.

“Esta decisión se tomó en interés de la certidumbre y planeación de Tom antes de la temporada de los Patriots de Nueva Inglaterra, indicó el Sindicato de Jugadores de la NFL en un comunicado.

El sindicato señaló que aún considera solicitar por su parte un fallo de la Corte Suprema que limitaría la autoridad del comisionado Roger Goodell para sancionar jugadores. Ceder el caso mantendría en vigor lo que la asociación definió esta semana como “un sistema fallido que se debe arreglar”.

Histórico contrato. Von Miller firmó un histórico contrato por 114.5 millones de dólares con los Broncos de Denver que incluye 70 millones garantizados y lo convierte en el jugador que no sea quarterback mejor pagado en la historia de la NFL.

El linebacker, elegido jugador más valioso del último Súper Bowl, aceptó el contrato por seis años.

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