Una vitrina que luzca con tres campeonatos mundiales es con lo que sueña cualquier boxeador. Pero no es el caso de Abner Mares. El púgil mexicano, quien ya ostenta tres títulos en diferentes categorías, señaló que su techo es tan alto como el cielo, pues todavía tiene margen para mejorar y advirtió que la pelea del próximo 24 de agosto contra Jhonny González, simplemente “no la puede perder”.
El tapatío, que marcha invicto en 27 combates, con 26 triunfos, un empate y 14 nocauts, declaró que como cada vez que sube a la lona realizó una preparación extenuante con el único objetivo de salir con el puño arriba y defender el fajín pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
“No existe presión por esta pelea, pues me estoy preparando igual de bien como lo he hecho para las anteriores. Con la misma hambre, con el deseo de triunfar”, sostuvo el triple campeón mundial durante una conferencia telefónica.
“Para mí siempre hay espacio para mejorar. Por eso entreno en la forma en la que entreno”, externó Mares.
No será la primera vez que Abner y Jhonny González se vean dentro de los encordados cuando suene la campana en el Stubhub Center de Carson, California, pues cuando Mares inició su aventura en el terreno profesional fue sparring de González, situación que ambos boxeadores descartaron pueda ser un factor a favor o en contra.
“Para mí fue una gran oportunidad poder ayudar a Jhonny cuando él se preparaba para una pelea, pero creo que ahora somos dos peleadores diferentes”, apuntó Mares, mientras que González en la misma tesitura señaló, “cuando hacíamos sparrings Abner iba iniciando y ha mejorado mucho, es otro boxeador, sin duda que para ninguno de los dos será una pelea fácil” recalcó González.
El capitalino subrayó que ahora verán a un pugilista diferente y completamente enfocado en la cartelera, no como hace casi más de un año cuando perdió el centro a manos de Daniel Ponce de León. “Yo ante Daniel no llegué al 100 por ciento y no me pude acomodar a su estilo, tenía varios problema personales”.
Los dos mexicanos cerraron prometiendo una auténtica guerra en el ring.