Felices, con la misión cumplida, los jugadores de León gritan como si estuvieran en la selva.
“Muera el Rey, viva el Rey”.
Y es que no es para menos. León vino desde abajo, desde la Liga de Ascenso, y año y medio después, no hay nadie mejor.
“Nos sentimos en las nubes. Estos días son inolvidables”, reconoce Luis Montes, uno de esos jugadores que sufrió el haber estado con los esmeralda en la categoría inferior y ahora ser campeones.
“Hay que agradecerle a la directiva que haya aguantando a este grupo. La verdad es que somos como familia y nos sentimos como tal, todos ganamos todo”, agrega El Chapo.
Y todo es lo que entregó el presidente de los Panzas Verdes, Jesús Martínez Murguía, feliz por el igualar a su papá, hombre fuerte de la directiva del Pachuca, en eso de ser campeón.
“Me sabe a gloria. Ha sido un trabajo, nada fácil, de dos años. Ahora toca planear la próxima temporada”, asegura, y promete que se mantendrá 90% del plantel.
Miguel Herrera quedó caliente con el arbitraje, pero eso no demerita el triunfo leonés. “Las quejas de ellos son aceptables —opina Matías Britos—, pero la realidad es que León ganó como todo un campeón, goleamos y nada tuvo que ver en eso factores externos. Somos campeones, aunque se diga todo”.
A la distancia, los leoneses recibieron la felicitación de sus dueños. Jesús Martínez Patiño fue al vestidor y no quiso hablar, para no opacar el logro de su hijo. Mientras que de Carlos Slim, se supo que estaba “muy feliz, satisfecho de lo que hicieron los jugadores, de la manera en que lo lograron”, revela Arturo Elías Ayub, dirigente de Carso.