Obstáculo insalvable para la Selección Mexicana durante las más recientes dos décadas que vuelve a ser colocado como meta en un Mundial, aunque los anhelos de Miguel Herrera van mucho más allá de los cuartos de final.

Mientras, Héctor González Iñárritu, director de Selecciones Nacionales, oficializa que ubicarse entre los mejores ocho del planeta garantizaría la permanencia del Piojo en el banquillo tricolor para el inicio del proceso que debe terminar en Rusia 2018, el carismático estratega reitera que irá a Brasil 2014 con el objetivo de hacer historia y llegar al encuentro por el título.

“Como siempre lo he dicho: pensar en el quinto partido, para arrancar un Mundial, se me hace poco”, repite. “Vamos con la aspiración de llegar hasta la final”.

“Sabemos que es muy difícil y que en los últimos cinco mundiales, no se ha llegado a ese quinto partido, pero estamos trabajando para que la elección [de jugadores] que tengamos nos dé la posibilidad de llegar lo más lejos posible. Rebasar ese quinto partido es la obsesión de todos”, apunta.

Lo cual resulta lógico tras las amarguras experimentadas desde la justa de Estados Unidos 1994. En aquella Copa del Mundo, Bulgaria fue el verdugo de los verdes, tras superar al entonces equipo comandado por Miguel Mejía Barón en serie de penaltis. Le siguieron Alemania (en Francia 1998), Estados Unidos (en Corea del Sur-Japón 2002), además de Argentina en un par de ocasiones (Alemania 2006 y Sudáfrica 2010).

Situación que no pinta muy distinta ahora. Si el representativo nacional accede a los octavos de final, es altamente probable que su adversario sea España u Holanda, actuales monarca y subcampeón mundial, respectivamente. El mejor escenario sería Chile, pero los andinos vendrían de dejar en el camino a la Furia Roja o la Naranja Mecánica, lo que por sí mismo incrementaría la dificultad.

“Sabemos que es difícil, pero si clasificamos, aguas con México”, sentencia González Iñárritu, convencido del potencial del cuadro nacional, en dado caso de lograr la meta anhelada desde 1986.

“Los objetivos siempre tienen que ser altos”, respalda Ricardo Peláez, director deportivo del Tricolor mayor. “Visualizarse ganador siempre es importante, generar compromiso, ilusión, en los jugadores”.

“Pensamos que hacer historia en este próximo Mundial, dadas las circunstancias, es llegar al quinto [partido], pero de ahí para arriba. Después de eso, a ver quién te para, porque tendríamos muchísimo por ganar y poco que perder”.

Filosofía emanada de Herrera, quien luce sin presiones ante el reto de lograr lo que el Tricolor sólo ha hecho en casa: 1970 y 1986, aunque sólo en la última ocasión disputó como tal un quinto duelo.

“La vara no está tan alta. El quinto partido sería un techo muy bajo”, insiste. “Hay que pensar en la final, aunque sabemos que el quinto partido es como obsesión para todos los mexicanos”.

Por lo que frena de tajo todas las ilusiones y solicita enfocarse en el debut mundialista, contra los “Leones Indomables”, el viernes 13 de junio en Natal.

“Vamos a pensar primero en Camerún. Después, en el quinto, sexto, séptimo [juego]”, demanda. “No podemos tener la cabeza vuelta loca por el quinto partido si no le ganamos a Camerún”.

En caso de hacerlo, se acercará a ese obstáculo que ha sido insuperable para el futbol mexicano.

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