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Las Vegas .— Se tiene que desempolvar la historia para encontrar un destello de gloria estadounidense si de boxeo en los pesos pesados se trata. Han pasado casi 10 años desde que un casi desconocido Hasim Rahman consiguió por última ocasión el cinturón verde y oro del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Es más, desde que la carrera de Mike Tyson terminó, en el verano de 2005, sólo cuatro boxeadores (Chris Byrd, Hasim Rhman, Lamon Brewster y Shannon Briggs) del país norteamericano han conseguido una victoria por título mundial de alguno de los cuatro máximos organismo del pugilismo, y ninguno de ellos logró más de una defensa exitosa.
Con la ausencia de victoria, hoy las esperanzas de los estadounidenses por regresar al trono están puestas en Deontay Wilder. Hombre de 29 años nacido en Alabama y que en 2008 consiguió la única medalla (bronce) del equipo de boxeo en los Juegos Olímpicos de Beijing. Durante aquella justa, Wilder cuenta que fue custodiado por agentes policiales, debido a su parecido con el basquetbolista de la NBA LeBron James, que originaba que decenas de personas se volcaran para pedir un autógrafo o fotografía.
Con récord de 32 victorias, todas conseguidas por nocaut y antes del cuarto round, Wilder saldrá como favorito en la pelea que sostendrá con el campeón del CMB, Bermane Stiverne (24-1-1, 21 KO). Una velada que fue bautizada como ‘Volver a la gloria’ (Return to Glory), por el interés de regresar a los pesos pesados a la geografía de América, luego de que la categoría fue desterrada por el dominio de los hermanos Vitali y Wladimir Klitschko.
Y es que en Estados Unidos, un país con nostalgia por sus campeones, han visto en Deontay a una especie de Muhammad Ali por la forma arrogante y grosera con la que se refiere a sus rivales, además de ser originario de Alabama, un estado donde el boxeo acompaña la vida diaria.
En Alabama han nacido campeones pesados como Joe Louis y Evander Holyfield, pero Wilder pelea por su historia y por Tuscaloosa, la ciudad donde nació y que es conocida por ser la sede de la Universidad de Alabama, donde el equipo de futbol americano, conocido como Crimson Tide, es religión.
“Nunca antes otro hombre ha estado tan dispuesto a conseguir el campeonato como yo. Stiverne sólo es un turista con el cinturón. Estoy a punto de enviarlo de vuelta a su país Haití con vacaciones permanentes. Todo mundo ha estado tratando de defenderlo, pero yo no tengo miedo de hablar, pues estoy seguro que lo que tengo en el ring es lo suficiente para conseguir el cinturón. Este es mi tiempo, estoy listo”, señaló el estadounidense.
Volver a la gloria con los boxeadores de la máxima división es lo que desea el promotor Don King, con este combate que se llevará a cabo en Las Vegas, que tuvo su primera pelea de campeonato de los pesados hace 40 años, cuando el 16 de mayo de 1975 Ali defendió su cetro por tercera ocasión ante Ron Lyle. En cuanto al MGM Grand, que será sede del pleito de hoy en la noche, tiene una historia rica de boxeo y sostuvo el clamor del público aquel 28 de junio de 1997, cuando Mike Tyson mordió y arrancó un pedazo de la oreja de Evander Holyfield.
La gran interrogante es saber si Wilder es el campeón que Estados Unidos y el mundo esperaban para causar de nueva cuenta una revolución en una división que en los últimos años se ha estancado; o si será frenado por un Stirverne, quien a pesar de ostentar la corona, no tiene el brillo de los peleadores de antaño.