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El Goya en éxtasis, aplausos unánimes de una tribuna rendida y de pie ante su equipo. La fiesta en todo su esplendor por unos Pumas que trituraron 5-0 al Atlante.
Martín Bravo como el gran organizador de la parranda en Ciudad Universitaria. Al grito de gol, el argentino encontró ya su mejor versión, pues nunca antes desde que está en México había hecho nueve goles en un solo torneo.
Desde los botines del delantero felino, Universidad encontró el sendero hacia un goleada inclemente sobre los hundidos Potros. Un marcador alcanzado con una quinteta de anotaciones que no lograban los auriazules en casa desde el Clausura 2011 [5-1 vs. Estudiantes-Tecos].
Por eso los vítores desde las gradas hacia Martín, quien gritó eufórico sus conquistas y se abrazó con sus compañeros por haber confirmado el momento inmejorable por el que pasa. En CU ya es bien querido, por fin se convirtió en el ídolo que siempre quiso ser.
Bravo abrió el camino con un doblete para consolidarse en el liderato de goleo. Hizo el primer [22’] y el tercer tanto [43’], antes que una lesión en el muslo, que lo alejará de las canchas al menos dos semanas, le hiciera abandonar el banquete de goles con el que se deleitó su equipo.
“Estoy contento y triste a la vez por la lesión. Pero me pone muy contento el equipo, hoy [ayer] funcionó muy bien durante los 90 minutos y éste es el Pumas que todos queremos ver”, declaró el ariete al término del encuentro.
Mas la intempestiva salida de Bravo, no impidió la continuación del goce de los fieles pumas. A las dianas del argentino se sumó una en contragolope de Ismael Sosa [39’] en la primera mitad.
Atlante intentó la reacción en el segundo tiempo. Puso balones en los postes con disparos poderosos. Pero fueron esfuerzos inútiles ante un equipo que comienza a ver el infierno de la Liga de Ascenso más cerca. Los azulgranas se alejaron a seis puntos del Atlas en la tabla de porcentajes que define la permanencia.
Pumas, con el 3-0 parcial, se convirtió en una fiera que estuvo al acecho de los Potros desbocados al frente. Estrategia que le funcionó a la perfección para culminar la holgada victoria que pone a los universitarios como el tercer lugar del Clausura 2014 con 18 puntos.
En una descolgada, el argentino, Diego Lagos tuvo su estreno en la Liga mexicana al marcar con la portería atlantista a su merced [59’]. El 4-0 lucía pesado, pero faltaba el colofón perfecto: un gol del veterano capitán, Darío Verón, el más aplaudido cada 15 días en el Pedregal.
El zaguero hizo el quinto en un remate por abajo [89’] que venció al meta Éder Patiño. “¡Oe, oe, oe Verón, Verón!”, coreó unánime la tribuna auriazul.
“En Pumas debíamos una actuación así a la afición y en casa. Debíamos una actuación redonda”, comentó el estratega felino José Luis Trejo.
Llegó el silbatazo final. Todos los guerreros pumas se reunieron en el centro de la cancha. Entonaron un Goya estruendoso junto con su gente. La fiesta en CU estaba desbordada por el éxtasis de un rugido felino aplastante.