Gallos Blancos pudo sobreponerse al dominio de Chivas en la primera mitad y terminó por imponerse 1-0 en el partido de ida de las semifinales del Torneo Clausura 2013 de fuerzas básicas ayer por la tarde en la cancha del estadio La Corregidora.
La única anotación del cotejo fue obra de Amaury Escoto a los 53 minutos de tiempo corrido, suficiente para que su equipo hiciera valer su condición de local. La actuación de Joel Gutiérrez en la portería fue fundamental para frenar al Rebaño.
Cerca de mil 500 personas se dieron cita para apoyar a los locales, aunque también se pudo ver alrededor de una decena de aficionados con la playera del Guadalajara.
Al mediodía se dio el silbatazo inicial por parte de Michel Caballero y los 22 jugadores se enfrascaron en una lucha llena de dinamismo, a pesar de la intensidad de los rayos solares, aumentada por la sofocante humedad que se sentía a nivel de cancha, debido a las lluvias de la noche anterior en la capital queretana.
Chivas comenzó a imponer sus condiciones y a basar sus ataques en pases de larga distancia que buscaban saltar líneas y ganarle la espalda a los defensores locales, gracias a la habilidad de Érick Cubo Torres.
Parecía que las Chivas romperían el cero, pero Joel Gutiérrez fue muy rápido al salir y cerrarle el ángulo de disparo al Cubo, quien falló varias intentos rojiblancos.
En la segunda mitad, Gallos Blancos se hizo de la posesión de la pelota, y si bien, las jugadas de peligro escasearon, esa fue la clave para que llegara el triunfo. Hubo únicamente una jugada clara para las dos oncenas en todo el segundo tiempo, fue de los locales y terminó en gol.
Al minuto 53, Arelibetsiel Chícharo Hernández desbordó por izquierda y entró al área para enviar una diagonal retrasada, para que Amaury Escoto controlara el esférico y se quitara la marca en un solo movimiento, quedando luego de frente ante la portería y definiendo con tranquilidad para el único gol del partido.
Los minutos transcurrieron y a pesar de que los entrenadores movieron sus piezas, en la recta final, el desgaste era obvio. De poco sirvieron a los tapatíos los cinco minutos de reposición, pues se dedicaron a mandar centros estériles, por lo que llegarán al Omnilife con desventaja.