SALVADOR.— El tanque alemán aplastó. No preguntó quién estaba en frente, no le importó si la víctima era el considerado mejor jugador del mundo.
Alemania celebró sus 100 juegos en Copas del Mundo al golear 4-0 a Portugal.
Thomas Müller fue la figura del equipo al marcar en tres ocasiones, lo que lo convierte en el sexto jugador teutón que logra un hat trick en un Mundial. Mats Hummels completó la goleada, mientras que el zaguero lusitano Pepe fue el villano del juego al salir expulsado, apenas al minuto 37 de juego, por darle un cabezazo a Müller.
De esta forma, los germanos llegan a tres puntos, y en su próximo partido enfrentarán a Ghana, mientras que Portugal, con lesionados y suspendidos, se verá la cara contra Estados Unidos.
Puro músculo
Alemania comenzó como siempre, como es su costumbre en copas del mundo y en la vida misma. Como un tanque, presumiendo músculo y talento de inmediato puso contra la pared a una Portugal muy pobre en carácter, mirando siempre de reojo a lo que pudiera hacer Cristiano Ronaldo, único dotado entre los demás mortales.
Los 100 juegos de los germanos en mundiales, tienen una marca de 61 triunfos, 19 empates y 20 derrotas, no pudieron celebrarse de mejor forma. Porque Alemania de principio a fin se vio como el dominador, se vio como un equipo completo y entero, que a pesar de tener ventaja, fue por más. Metió cuatro goles, pero pudieron ser mucho más.
“El rosario” comenzó muy al amananecer del juego. Cuando Portugal se dio cuenta estaba en su propia área tratando de sacar agua del pozo. No pudo ser y recurrieron a la violencia. A los 12’, Joao Pereira sujetó a Mario Götze para que se marcara un claro penalti. Müller cobró con fuerza para vencer a Rui Patricio y abrir su festival.
Aún con desventaja, los lusitanos no se metieron al juego.
Ronaldo seguía sin encontrar con quien asociarse, en tanto que Mats Humels, con la cabeza ponía el segundo en la frente de los lusos.
No había nada que reclamar.
Vino la debacle. Hugo Almeida salió lesionado y enseguida Pepe dejó salir su enorme frustración. Le reclamó a Thomas Müller que finjiera una falta, acercó su cabeza demasiado a la del teutón, y vio la tarjeta roja (37’).
Y Cristiano Ronaldo ni siquiera había tenido un tiro franco a gol. Desesperado gritaba a todo quien estuviera cerca. Todo el estadio se metía con él, y el astro no tenía futbol para contestar.
Alemania no se fijó en esos detalles. Fiero cazador, cuando tiene a su presa herida, no se compadece de ella, va por más. Poco antes del descanso, Müeller se aprovechó de un nuevo despiste de la defensa lusitana, esta vez, un mal despeje de Bruno Alves, y empalmó con la zurda para el tercer tanto germano.
Y la mala suerte seguía con Portugal. No había tregua, a pesar de que ya estaban con la cara al sol.
Coentrao, el único que intentó jugar a algo más que el desastre junto con Cristiano, salió también lesionado. Sin su único cómplice, Ronaldo se dedicó a tratar de buscar lavar su honra, la que su selección se había encargado de ensuciar.
Andre Schuerrle entró al área con facilidad para centrar por la derecha, el portero Rui Patricio manoteó débilmente el balón, dejándolo a los pies de Müeller, quien no desperdició el obsequio para meter su tercer gol del juego y llegar a nueve en copas del mundo.
El final se pitó. Alemania, prácticamente sin despeinarse estableció su estancia de favorito, mientras que Portugal mostró que es equipo de un solo hombre.