Los números del equipo mexicano, bajo el mando de Juan Carlos Osorio, avalan un proyecto que está cumpliendo con el primer objetivo: clasificar a la Copa del Mundo de Rusia 2018.
Y caminando.
Mas a pesar de esos buenos números, la realidad es que este equipo ha quedado a deber en juegos importantes, esos que hacen la diferencia entre niños y adultos.
El más recordado es aquel 7-0 en la Copa América del Centenario y el reciente empate a un gol frente a Estados Unidos en el Estadio Azteca, pero mañana ante Portugal se tiene la oportunidad de pagar esa deuda, y ganarle un equipo que, si bien no es potencia, llega como el campeón de Europa.
El mismo Osorio lo ha aceptado: “Es una oportunidad extraordinaria de competir con el actual campeón de Europa y contra uno de los mejores jugadores del planeta [Cristiano Ronaldo]. Para el futbol mexicano es una gran oportunidad”.
Los triunfos que, pudiera decirse, son los más renombrados en la era del colombiano son el amistoso contra Chile en San Diego (1-0), en junio de 2016, además de contra Uruguay en la Copa América Centenario (3-1) y el conseguido ante Estados Unidos en Columbus (2-1) en noviembre de ese año.
Mas nada de eso se compara contra lo que se van a enfrentar en la cancha de la Arena Kazán.
Portugal es el equipo número 8 del mundo, según el ranking FIFA. Además de tener a CR7 en sus filas, cuenta con jugadores de clase mundial como Nani (Valencia), Pepe (Real Madrid), André Silva (Milán), entre otros.
Ya lo dijeron los jugadores mexicanos, como Guillermo Ochoa: “Portugal no es sólo Cristiano Ronaldo. Es verdad que es un gran jugador, que te marca diferencia, pero hay otros que han escrito su propia historia en el futbol actual y para ganarles no podemos pensar que sólo vamos a jugar contra uno solo”.
La oportunidad está en la mesa. Hoy más que nunca, el equipo de Osorio tiene el chance de resarcirse en todos sentidos y al fin hacer olvidar ese amargo 7-0 que es una losa en un proceso que va por buen camino, pero que en los momentos importantes aún no ha dado el golpe de autoridad.