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PUEBLA.— Besa el tatami y se cubre con la Bandera Nacional. Es el protagonista de una jornada de ensueño en Puebla y está estupefacto. Al fin, después de una década como seleccionado nacional, Uriel Adriano tiene en sus manos el objeto que ha deseado desde los cinco años de edad: la medalla de oro en un Campeonato Mundial. Y en casa.
Uriel no lo puede creer. Sonríe. Nada queda en su rostro del gesto de dolor con el que concretó cada uno de sus combates desde la semifinal. Es el mejor. Ensordecen los alaridos de los aficionados, gritan el nombre de su campeón.
“No importa que me hubiera roto la pierna, no importa que mi mano estuviera quebrada. Aun así hubiera peleado por el oro hasta el último segundo, por mi país”, dijo Uriel tras seis demandantes combates en la categoría -74 kilogramos.
Medalla 58 para México en Campeonatos Mundiales. Apenas el cuarto campeón mundial tricolor en la historia y primer hombre que lo logra desde 1979, cuando Óscar Mendiola se colgó la presea áurea en Stuttgart, Alemania.
“Gracias a todo el público, también el oro es para ellos y mi familia, que siempre está a mi lado. Se me hizo realidad mi gran sueño desde niño.
“No fue un camino fácil. Mi pelea más complicada la tuve contra el taekwondoín inglés [Ruebyn Richards], pero eso no importó, porque tenía un objetivo que cumplir. Siempre doy todo lo que tengo en mis peleas y esta es mi recompensa, aquí se ve el trabajo que llevo haciendo toda mi vida”, dijo el mexicano, con un dejo de fatiga, pero complacido.
Adriano inició con el pie derecho su participación en Puebla, luego de vencer en segunda ronda a Raja Mahmod, de Singapur, por 6-1. El tamaulipeco de 23 años aprovechó su ventaja en estatura y la localía para llevarse su primer triunfo en la competencia.
Después, el medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara venció al español Raúl Martínez —en punto de oro— 3-2 para avanzar a los cuartos de final, donde derrotó 4-0 al británico Richards para asegurar la presea de bronce.
En la semifinal, ante el corenao Yoo Jin Kim, Adriano —cuya hiperactividad lo llevó a la práctica del taekwondo— vence nuevamente y garantiza tener entre sus manos al menos la plata.
Pero no se conforma. Va por más y enfrenta con gallardía al último escollo rumbo a la gloria mundial, el ruso Albert Gaun. Vence la presión, no se intimida ante los miles de aficionados que corean su nombre y el Cielito Lindo.
Y lo consigue. Derrota 3-2 a su rival y estalla el júbilo. Young In Bang, el entrenador nacional varonil, lo abraza. Es apenas el séptimo campeón mundial latinoamericano de la historia del taekwondo.
“Vienen muchos retos. Me toca festejar con mi familia y después a ir por más. Gracias a todos, en verdad ha sido un día perfecto para mí”, expresó.
Sin mucha “Alegría”
En la categoría femenil, la queretana Jannet Alegría fue eliminada de manera sorpresiva en la segunda ronda. La seleccionada de 25 años de edad, que por tercera vez participa en una justa del orbe, cayó sorpresivamente 2-5 ante la alemana Sabrina Noelp.
“Estuve pegándole al peto, pero no lograba concretar, sentí que estaba pegando duro, pero no fue así. Siento tristeza, estoy un poco frustrada porque fueron seis meses de entrenamiento”, dijo la seleccionada nacional, señalada favorita para obtener una medalla.