Toronto.— El controvertido capítulo que protagonizaron la nadadora Fernanda González y los dirigentes deportivos del país, finalizó.
La sirena tricolor denunció la noche del miércoles abusos e intimidación por parte de dirigentes deportivos, tras negarse a usar el traje de baño oficial en los Juegos Panamericanos, pero cedió y competirá hoy con la marca oficial del equipo nacional, Arena, aunque podría emplear su Nike.
“Intentará nadar con el traje oficial sus próximas dos competencias, pero si no se siente cómoda en los entrenamientos podrá utilizar otro para que compita en las mejores circunstancias, aunque claro, tapando la marca”, dijo el titular de Conade, Alfredo Castillo.
González se ubicó en el último lugar en la prueba de 200 metros dorso con una marca muy lejana a sus mejores tiempos, por lo que explotó contra los directivos mexicanos asegurando que la amenazaron con quitarle su acreditación y mandarla de regreso al país.
Por su parte, Nelson Vargas, ex director de Conade, afirmó que comprende a la deportista, pero señala que tuvo una indisciplina por firmar un convenio que la obliga a usar los uniformes que les brinda el Comité Olímpico Mexicano (COM).
“El error de Fernanda [González] está en haber firmado un compromiso —al igual que todos los deportistas— para usar la marca que el COM quería”, indicó el también empresario.
Carlos Padilla, presidente del COM, aseguró que no es la primera vez que González incurre en un acto de desacato, pues hizo lo mismo en los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014.
Fernanda se reunió con Castillo, así como con Mario García, jefe de Misión, y el vicepresidente de la Federación Mexicana de Natación. La deportista cedió y hará las pruebas que le faltan por competir con la indumentaria oficial.