Fue una pequeña revancha, que le valió a los Tigres alzar su segundo trofeo de Campeón de Campeones al hilo. Los felinos se cobraron la derrota ante el Guadalajara de la pasada final y anoche vencieron 1-0 al Rebaño Sagrado, con gol del chileno Eduardo Vargas.
La jugada de la única anotación del encuentro fue una demostración de calidad. André-Pierre Gignac dio un taconazo dentro del área para habilitar al seleccionado de Chile. Este último aprovechó los pocos centímetros de espacio para vencer a Rodolfo Cota (61’). Se consumó la venganza universitaria.
Chivas no pudo resistir los embates de los norteños y se quedó sin triplete. Fue demasiado el arsenal, prácticamente completo del equipo de Ricardo Ferretti contra el cuadro mermado de Matías Almeyda.
Los rojiblancos jugaron en la cancha del Galaxy de Los Ángeles con seis ausencias, con respecto al 11 titular que consiguió el título del Torneo Clausura 2017.
Alan Pulido [lesión], Jair Pereira, Orbelín Pineda y Rodolfo Pizarro —tercia en la Selección Mexicana que disputa la Copa Oro—, además de Néstor Calderón [traspaso], provocaron en los tapatíos la nostalgia de su talento. Sin ellos, el Guadalajara lució sin pegada ni creatividad.
Para colmo, el Chiverío resintió las bajas durante el partido de José Juan Vázquez y Oswaldo Alanís. El hospital del vigente monarca de Liga sigue en aumento. Almeyda tendrá que hacer uso de jóvenes sin experiencia para encarar la fecha uno del siguiente torneo, en la que defenderán la corona.
A Tigres poco le importó que su rival estuviera sin varios de sus titulares. Aprovecharon el mayor talento que tenían a su disposición para quedarse el cetro en disputa.
Pero también, los regiomontanos repartieron “leña”, como una forma de dejarle en claro a las Chivas que el dolor de haber perdido la última final liguera sigue ahí.
Sin mayor resistencia rojiblanca, los Tigres encontraron la ruta para desquitarse. Aunque el Campeón de Campeones es sólo un logro que no apaga la exigencia que tiene su millonario plantel.