El deporte queretano está de luto. Antonio Silva Jaime, quien fuera un destacado impulsor del deporte —especialmente del futbol infantil— el cual a lo largo de 30 años, entregó su vida formando nuevos talentos, todo sin apoyo y siempre con recursos propios, se distinguía por su enorme labor altruista con tal de forjar un futuro promisorio a través del hábito deportivo, falleció a la edad de 84 años.
Desde 1955 fue entrenador de futbol a nivel infantil, conformó a aquellos inolvidables equipos: Canarios y Real Madrid (infantil menor, mayor y juvenil), donde entre otros figuraron los nombres de:
Chucho Zárate, Carlos, Sergio y Federico de los Cobos, Raúl Willy Gómez, los hermanos Ríos, Justino y Martín González, Jorge Morriña Trejo, quienes a la postre brillaron en equipos de Primera y Segunda División, así como en la Selección.
Igualmente en sus equipos jugaron empresarios y políticos como: Pedro González Rivas, Jesús Rodríguez Hernández, Juan Gorráez Enrile, Leopoldo Mondragón, Juan y Jaime Macías Palacios, Juan y Manuel Paulín, entre muchos otros, quienes al igual que todo el deporte local, recuerdan con mucho cariño a Toño Silva y lamentan su fallecimiento, acaecido el pasado 13 de julio.
Nacido un 19 de agosto de 1932, Toño Silva, llevó a sus equipos a representar a Querétaro en un Regional celebrado en Pachuca, gracias al gran nivel futbolístico que les permitió lograr el título venciendo en la final a los anfitriones hidalguenses; en los Primeros Juegos Infantiles Imitación Mundialito, realizado en la capital del país, se llevó el título al vencer al ‘seleccionado’ de Portugal, y posteriormente en los Mini Olímpicos en la CDMX, también se llevó los honores con el nombre de ‘Perú’.
Padre adoptivo del Lic. Miguel Ángel Álvarez Ramos, Director del Instituto del Deporte y Recreación del Municipio de Querétaro, Antonio Silva Jaime, “siempre le tendió la mano a la gente que más lo necesitaba”, comentó el propio funcionario del deporte.
Por su parte, Pedro González Rivas, empresario queretano, quien acompañó a su “Padrino” (como él lo llamaba), a su última morada, al lado de Benjamín Chávez, Alejandro Corrales, Javier Mendoza y Chucho Padilla, quienes también formaron parte de esta brillante página en la historia del futbol infantil queretano que escribió Antonio Silva.