La primera semana de temporada de la NFL dejó varias sorpresas. La fenomenal actuación del quarterback Dak Prescott no fue una de ellas. Para este domingo, la misión es mantener esa imagen y el mensaje de autoridad ante una Liga que espera mucho más de esta combinación.
La última ocasión que los Cowboys y los Broncos se vieron las caras, Tony Romo y Peyton Manning protagonizaron un festival aéreo, que ganó Denver por 51-48.
Ahora no estarán ni Manning ni Romo. Dallas tiene como quarterback al actual Novato del Año, quien tiene registro de 4-0, con nueve touchdowns sin intercepción en su carrera contra equipos de la Americana.
Mientras, las esperanzas ofensivas de los locales están sembradas en Trevor Siemian, quien en la primera semana, en el triunfo por 24-21 sobre los Chargers, demostró una marcada mejoría con relación al año pasado.
Denver ha ganado los últimos cinco enfrentamientos de la serie, pero necesitará de una gran actuación de Siemian, y poner en constante prueba a la joven defensiva secundaria de los Cowboys, si quiere mantener con vida esa racha y conseguir el segundo triunfo de la temporada. Después de obtener una orden de un juez federal, que dejó sin efecto su suspensión de seis partidos por un caso de violencia doméstica, Ezekiel Elliott demostró desde el primer partido su importancia como bujía de la ofensiva de Dallas.
Zeke corrió para 104 yardas, acumuló otras 36 en cinco recepciones, y Dallas venció por 19-3 a los Giants de Nueva York. La siguiente prueba no promete ser más sencilla, pero de ese tipo de cosas están hechos los grandes equipos o los que quieren serlo.
Los Cowboys visitan a Denver en lo que es tan sólo uno de cinco juegos de la segunda semana entre equipos que ganaron su partido inicial. Este duelo, también enfrentará a la que fuera la quinta mejor ofensiva de la campaña 2016, Dallas, contra la cuarta mejor defensiva total de la temporada anterior.