La tardanza de algunos clubes del futbol mexicano por mostrarse solidarios con la gente damnificada en Chiapas y Oaxaca no ha pasado inadvertida por la afición.
No por la del Guadalajara.
Un centro de acopio ubicado a un costado del imponente estadio Chivas recibe todo tipo de donaciones. Una niña con papel higiénico llega alegre de manos de sus papás. Un abuelo trae a sus nietos a entregar botellas de agua. Dos jóvenes cargan cajas de atún. Una pareja trae pañales.
Y un señor, Sergio Sánchez, hace que sus hijos y sus empleados carguen al menos 20 costales llenos de alimentos perecederos, lo que hace que se lleve el aplauso de la gente del Sistema Nacional del Desarrollo de la Familia de Jalisco, que es la encargada de recoger, almacenar y rotular los productos que se llevarán a las zonas afectadas.
Antes de retirarse, se toma un tiempo para reflexionar y pedir “que todos los que tenemos algo, demos. No nos cuesta nada y, si cuesta, pues ayudará más a la gente que en estos momentos está dañada. Hoy es tiempo de pensar en los que no están a salvo, como nosotros”.
“Creo que es hora de que la Federación [Mexicana de Futbol] actúe como debe ser. No he visto que hagan nada para ayudar a esta gente. No hay un anuncio de que vayan a donar dinero, algo... Y tienen mucho dinero, ganan mucho dinero”, recuerda, con tono serio serio.
La gente pasa por el centro de acopio y deja todo tipo de ayuda, la que es agradecida con porras, abrazos y hasta bailes.