Esta es la semana clave para Ferrari se mantenga con vida en el campeonato mundial.
Un tropiezo más, en el Gran Premio de Estados Unidos, cerrará el 2017 de manera mediocre pues en la casa italiana todo es ganar.
Las cuatro temporadas de Sebastian Vettel con el Cavallino Rampante no han sido las esperadas. Desde 2013 no destaca y se cae en los momentos importantes.
El comienzo de esta campaña para el teutón prometió mucho para la Scuderia. Los nuevos bólidos parecían favorecer al tetracampeón de Fórmula Uno pero, con el paso del tiempo, dejó que Lewis Hamilton, de Mercedes, lo rebasara en puntos.
Vettel necesitará errores del británico para aspirar de nuevo a la corona, que ahora miran a la distancia.
Mientras Seb pelea por el título, su coequipero Kimi Raikkonen al parecer ya olvidó el sentimiento de estar entre los mejores tres volantes del mundo.
El finlandés se acostumbró, para la mala fortuna de los aficionados del automovilismo, a mantenerse en el quinto lugar de la tabla de pilotos. Aparenta no tener una experiencia de 15 años en F1 y se mantiene abajo de Daniel Ricciardo y Max Verstappen, de Red Bull, en lugar de pelearle a su compatriota Valtteri Bottas (Mercedes), al líder o a Vettel.
A pesar de estos resultados, Ferrari renovó los contratos del alemán, de 30 años de edad, y del finlandés, 37.
Los dos volantes permanecerán en la Scudería, mínimo hasta el final de la próxima campaña, en lo que se cocina nuevas contrataciones, por ejemplo, el holandés Max Verstappen, de 20 años, quien ya se rumora un acercamiento para que un futuro no muy lejano se una al Cavallino Rampante.
El útlimo piloto en coronarse con Ferrari fue Raikkonen, en 2007, una década de frustración para los italianos.
En 2008, cuando Vettel ganó su primer título con Red Bull, la Scuderia se llevó el de constructores, con Fernando Alonso y Felipe Massa como sus estrellas. Ahora, mantiene la esperanza con los dos veteranos.