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WELLINGTON, Nueva Zelanda.— Antes de que Miguel Herrera y sus futbolistas planearan conquistar la recóndita Oceanía, varios fragmentos de la historia mexicana ya lo habían hecho.
La visita del Tricolor a Nueva Zelanda, para cerrar la reclasificación mundialista, es simple aderezo a la exhibición: “Aztecas, conquista y gloria” que puede observarse en el museo Te Papa, el más importante de la nación, en cuya sala principal pueden verse 266 piezas arqueológicas. Fue inaugurada el 29 de septiembre y se estima que, hasta ahora, la han visto más de 40 mil personas.
“Este año, por primera vez en los 40 que tenemos de relaciones diplomáticas, se inauguró una exhibición azteca en el principal museo de este país, que es el Te Papa”, presume Leonora Rueda, embajadora de México en Nueva Zelanda. “Esta exhibición ha tenido una repercusión muy positiva en la concepción de la cultura mexicana, la cual es bastante reconocida”.
Mucho más que el representativo de futbol, el cual pasa inadvertido durante sus primeras horas de estancia en la capital “kiwi”.
La lucha por uno de los últimos cupos para la XX Copa del Mundo resulta una coincidencia con la exhibición, que permanecerá hasta el 9 de febrero. Después será llevada a Australia. Tendrá presentaciones en Melbourne y Sidney.
El costo para ingresar a la exhibición es de 18 dólares neozelandeses por adulto (aproximadamente 200 pesos) y seis (65 pesos) en el caso de los niños.
“Hasta hace unos días nos enteramos de que la Selección de México jugaría aquí”, reconoce Andrew, uno de los guías en el museo Te Papa, inaugurado hace tres lustros. “No sé si a la gente le interese mucho el partido, pero esta exhibición sí. Hemos tenido días en los que han llegado mil personas… Su cultura es fascinante”.
Réplicas del Templo Mayor, así como diversas piezas relacionadas a Tláloc y Huitzilopochtli (deidades del panteón azteca), cumplen roles protagónicos en un espacio donde el asombro “kiwi” aumenta con cada paso. La mayoría del acervo pertenece al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Algunos de los mexicanos que viven en Wellington o viajaron para asistir al juego aprovechan la estancia y constatan lo valorado que es el legado de los aztecas.
La presencia del Piojo y sus hombres pasa a segundo término, por más que estén a punto de dejar fuera de la Copa del Mundo a los All Whites. Finiquitar esa eliminatoria representaría el segundo golpe asestado por México en Wellington. El primero llegó hace poco más de mes y medio, cortesía de la inmortal cultura azteca.