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WELLINGTON.— Bombero capaz de reavivar el hambre de triunfo en un grupo que lucía desanimado tras su oscuro paso por el hexagonal final de la Concacaf rumbo a Brasil 2014.
Para los integrantes de la Selección Mexicana, la goleada sobre Nueva Zelanda (5-1), en la ida de la reclasificación mundialista, tiene una causa: lo cómodos que se sienten con el esquema utilizado por Miguel Herrera, por lo que el actual plantel nacional vive una auténtica Piojomanía.
Tras dos años de priorizar la solidez defensiva, ya sea con José Manuel de la Torre, Luis Fernando Tena o Víctor Manuel Vucetich, el famoso Piojo otorgó un rostro agresivo al Tricolor… Y los resultados llegaron de forma inmediata.
Si se cuentan los duelos de preparación ante el Altamira y los Lobos BUAP (clubes que militan en la Liga de Ascenso), el representativo nacional ha marcado 17 goles con su actual entrenador; el promedio es superior a los cuatro por duelo, lo que genera mayor confianza en el plantel tricolor.
“Sin duda creció el deseo de que todos queremos ir al Mundial”, atina a decir Oribe Peralta, referente en ataque del conjunto dirigido por Herrera. “Hemos trabajado muy bien desde que Miguel llegó y eso nos ha permitido obtener buenos resultados”.
El atacante lagunero asegura que “todos nos sentimos cómodos con esta forma de jugar y ha quedado demostrado en los partidos”.
Sin importar la polémica decisión de no convocar a los futbolistas mexicanos que pertenecen a clubes del viejo continente para encarar la repesca intercontinental.
Con una base americanista, apuntalada por tres futbolistas del León (Rafael Márquez, Luis Montes y Carlos Peña), además del inspirado Cepillo (Santos Laguna), el Tricolor modificó la imagen que reflejaba en unas cuantas semanas: de tímido a devorador de contrarios.
Jugar con cuatro defensas es ya simple anécdota. El aún estratega de las Águilas implementó el sistema que ha utilizado durante poco más de una década: tres marcadores, dos laterales, una tercia de volantes con responsabilidades ofensivas y defensivas, así como dos puntas.
“Se venía trabajando con una gran actitud de todos. A pesar del poco tiempo que tiene el equipo, hemos hecho un buen grupo, nos conjuntamos bien en todos los momentos, entendimos muy bien el sistema”, presume Márquez. “El primer objetivo está hecho, así es que llegamos [a Nueva Zelanda] con esa tranquilidad, pero tenemos la humildad de seguir trabajando y terminarlo con los 90 minutos de allá”.
Pero sin duda la punta de lanza es El Piojo, quien no concibe el balompié de otra forma, así es que la advertencia a todos sus hombres está hecha: prohibido especular el próximo miércoles con la ventaja de cuatro tantos en el césped del estadio Westpac de esta ciudad.
“Miguel es alguien a quien le gusta seguir buscando los resultados, a pesar de tener un marcador a favor”, recuerda Miguel Layún, quien ha sido su futbolista en el Veracruz, el América y ahora el equipo nacional. “Se ve cerca [clasificar], pero no hay que confiarnos por lo conseguido”.
“De repente, es difícil [no hacerlo] por el marcador. Pareciera que ya podemos creer que esto se encuentra finiquitado, pero lo más importante va a ser mantener la cabeza en que tenemos que sacar otra vez el resultado”.
Rasgo inequívoco de un hombre que llama la atención por sus declaraciones y comportamiento fuera de la cancha, pero también gracias a la expresión estética de los equipos que entrena.
“Lo peor que podemos hacer es relajarnos”, insiste Peralta. “Tenemos la mentalidad de también ganar acá”.
Se los ha solicitado quien llegó con la misión de rescatar al Tri y como está a punto de hacerlo la Piojomanía se vive al máximo.