YOKOHAMA.— Catapultado por las soberbias intervenciones del arquero Jonathan Orozco, el Monterrey cumplió una de sus principales metas en tierras asiáticas: hizo historia.
El conjunto dirigido por Víctor Manuel Vucetich se adjudicó el tercer lugar de la Copa Mundial de Clubes 2012, tras imponerse al Al Ahly de Egipto (2-0).
La destacada actuación de Orozco se combinó con los goles de Jesús Corona (3’) y el argentino César Chelito Delgado (66’).
Los Rayados igualaron al Necaxa, que ocupó la tercera plaza en la primera edición de esta competencia, después de superar al poderoso Real Madrid, en serie de penaltis, sobre la cancha del mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro, Brasil, en el 2000.
Aunque lo hecho por los norteños tiene un significado especial, ya que es la primera ocasión que un club mexicano sube al podio bajo este formato. Los Rayos accedieron al cotejo por el tercer puesto debido a ser sublíderes del Grupo B.
Sólo la primera edición se jugó con dos sectores en la primera fase.
El América (2006), el Pachuca (2008) y el Atlante (2009), perdieron el duelo por el tercer sitio.
Con un buen arranque, los Rayados tomaron la delantera al 3’. El joven Corona aprovechó un error del arquero Mahmoud Abou Elseoud para mandar el esférico al fondo de la portería africana.
El gol cimbró a los egipcios, quienes se ubicaron mejor sobre el lienzo verde del estadio Internacional. Apretaron en la marca y generaron peligro con un remate de cabeza ejecutado por Emad Meteab. El goleador aprovechó un centro a balón parado para enganchar el esférico, que superó el lance del portero mexicano, pero terminó estrellándose en el poste derecho.
En otra ocasión, ahora al 41’, un remate de “palomita” por parte de Hossam Ashour salió ligeramente desviado. Orozco atinó a sonreír. Se había salvado de nuevo.
El Monterrey quiso repetir la dosis durante el inicio del segundo tiempo, pero su dominio resultó efímero, ya que de inmediato los africanos empezaron a tocar el balón con verticalidad, al tiempo que Orozco se agigantó en su meta.
Jonathan realizó la atajada del partido al 50’. Mohamed Aboutrika realizó un potente disparo de media vuelta. El arquero detuvo el esférico con la mano izquierda. Espectacular desviada. A los africanos les quedó claro que sería prácticamente imposible hacer daño al club mexicano.
Otra sobresaliente acción de Jonathan se produjo al 64’, al tenderse a su izquierda para rechazar un disparo de media distancia ensayado por Abdallah Said. El esférico rebotó y le quedó cómodo a Elsayed Hamdi, quien sacó otro potente remate, el cual Orozco volvió a tapar para mantener el cero en su arco.
Dos minutos después, los Rayados generaron una vertiginosa acción. Aldo de Nigris tocó a la izquierda para el volante argentino Neri Cardozo, quien avanzó a velocidad y lanzó un pase diagonal para César Delgado.
El Chelito picó ligeramente la pelota por encima del portero, para poner el 2-0 (66’).
Tanto histórico. El sudamericano llegó a tres en el certamen y finalizó como máximo romperredes, igualado con el japonés Hisato Sato, del Sanfrecce Hiroshima.
Aunque el encuentro parecía estar bajo control, el cuadro egipcio jamás dejó de intentar marcar. Al 78’, Aboutrika hizo un sólido remate con la cabeza, que forzó nuevamente a Orozco, quien desvió la pelota por encima de su travesaño.
Ramy Rabia realizó un último disparo, pero nuevamente Orozco desvió la pelota.
El éxtasis se desbordó con el silbatazo final del neozelandés Peter O’Leary. Los Rayados volverán de Asia empapados de historia, más allá de que no son campeones.