Barcelona.— El Barcelona cedió su cuarta derrota en los últimos cinco partidos, varias de ellas sin merecerlo, como la de este domingo ante el Valencia (1-2), que se llevó la victoria del Camp Nou y dejó el campeonato más apretado que nunca.
Los de Luis Enrique siguen líderes, a pesar de tener los mismos puntos ahora que el Atleéico de Madrid. A cinco partidos para la conclusión del campeonato, el Barça tiene las mismas unidades que el Atlético de Madrid (que ganó 3-0 al Granada) y uno más que el Real Madrid, en un final de temporada en la que se le han aparecido todos los fantasmas a los azulgrana.
Jugó para ganar, lo mereció por número de ocasiones y acoso, pero perdió. Sentó el Valencia al Barcelona en el diván como antes lo había hecho el Atlético de Madrid, el Real Madrid o la Real Sociedad, y vio pasar rápidamente todo lo que le ha ocurrido en este último mes y no se lo cree. Da igual jugar bien, regular o no tan bien, porque el resultado casi siempre es el mismo: una derrota.
Especialmente al término del primer tiempo, los méritos futbolísticos de los de Luis Enrique eran incuestionables. Dominaron el juego y tuvieron ocasiones para sentenciar el partido, pero los azulgrana perdían por 0-2, después de un gol de Siqueira que rebotó en Rakitic y despistó a Bravo y de un tanto a última hora de Santi Mina.
Sentado en el diván viendo cómo lo que era una trayectoria inmaculada de 39 partidos se había venido abajo sin explicación, algo digno de psicoanalista. La tripleta de los ‘cientoypico’ goles se había olvidado de marcar, la defensa es un flan y el portero, da igual quien juegue, no está tan lucido como antes.
Así que se plantó el Barça en el descanso con un 0-2 cuando el partido no era para eso. De hecho, los azulgrana tuvieron cuatro clarísimas oportunidades para adelantarse en el marcador antes del gol de Siqueira y otra más antes del de Santi Mina.
Puso Luis Enrique a Sergi Roberto por Dani Alves en el equipo de gala. El brasileño pagó su exceso en ‘Instagram’ y se quedó en el banquillo y su sustituto fue uno de los destacados en el partido.
El Valencia jugó con los nervios del Barça. Sin nada que perder y con la lección bien aprendida se encontró con dos tantos y se encomendó a Diego Alves, que fue el mejor de su equipo. Por el camino los azulgrana desperdiciaron muchas oportunidades, y tampoco jugaron tan bien en la segunda mitad. Los nervios se apoderaron de los barcelonistas. Que fueron con todo buscando al Valencia, pero ya no estuvieron tan clarividentes y apelaron más a la épica que a su calidad.
De esa manera llegó el 1-2, el tanto 500 de Leo Messi que aprovechó una buena jugada colectiva resuelta con una gran asistencia de Jordi Alba.
Perdió el Barça y siguen los azulgrana en el diván, ahora comprobando el calendario que les queda. Aún dependen de sí mismos, aunque son una sombra de lo que fueron no hace tanto. EFE