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“Ódiame más”

“Ódiame más”
18/05/2013 |01:55
Redacción Querétaro
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Han pasado seis años desde la más reciente aparición en una final de ese club que polariza sentimientos, pero jamás navega con la gris bandera de la indiferencia.

El pueblo azulcrema ya se ilusiona con el retorno a una serie por el título del futbol mexicano. El empate (2-2) en el estadio Tecnológico le ha colocado en el umbral de la gloria. Auténtico efecto dominó, porque los antiamericanistas lamentan el coqueteo de las Águilas con la corona.

Para ellos también hay espacio en la dedicatoria de Miguel Herrera, quien está a 90 minutos de dinamitar esa muralla que le ha sido insuperable como director técnico del conjunto al que suele amarse o detestarse.

“Me parece que no queda en mejor momento la frase de ‘Ódiame más’ para aquellos que no quieren que estemos [en la gran final], pero nos encontramos peleando por lograrlo”, presume El Piojo. “No lo hemos hecho [todavía], enfrente tenemos a un equipo muy fuerte [el Monterrey], bueno, bien dirigido, con un gran entrenador [Víctor Manuel Vucetich] y muy buenos jugadores”.

“Estamos conscientes de que todavía no hemos logrado el paso que pretendemos: llegar a la final”.

Las experiencias ante los Rayados y el Toluca (Clausura y Apertura 2012, respectivamente) minan el discurso, pero no ese lema que restriega a quienes sólo tienen la esperanza de que el más odiado de los clubes en México no obtenga su undécimo título.

Alegría colectiva que llega cada seis meses desde hace ocho años. Los amarillos no dan la vuelta olímpica desde el Clausura 2005, cuando un ídolo de desgarbada figura, llamado Cuauhtémoc Blanco, resultó clave para superar a los hoy Estudiantes-Tecos en la final.

Las piernas todavía le alcanzaron para guiarlos a la batalla por el cetro del Clausura 2007, esa que perdieron ante el Pachuca.

Desde entonces, han caído en tres semifinales, dos con Herrera como director técnico.

“Con Toluca también la vimos muy cerca [la última instancia]”, recuerda. “Nos faltó un gol y [estuvimos] dominando el partido [de vuelta]”.

“Hicimos lo mismo ahora con Monterrey. Lo finiquitaremos mañana [hoy] y claro que el equipo está consciente, concentrado para eso”.

Meta perseguida durante el más reciente año y medio. El Piojo sabe que la silla azulcrema le fue ofrecida con la seguridad de que podría darle al club un nuevo título.

Acentúa la sonrisa, es traicionado por el anhelo durante un segundo, pero de inmediato sentencia que, por ahora, “se puede soñar con ganarle a Monterrey”.

“No puedo estar pensando... Ilusiona [ser monarca] desde que arranca el torneo, en la pretemporada, y va aumentando conforme avanzan las fechas y te vas dando cuenta de lo que hace tu equipo”, comparte. “Cuando te encuentras en estas instancias, obviamente que la ilusión es mucho mayor, pero no puedo ya sentirme campeón si no he pasado a un equipo tan importante como Monterrey”.

Al que no sólo apoyarán sus genuinos seguidores. Miguel sabe que también contará con los antiamericanistas, esos a los que sólo hace una petición: “Ódiame más”.