Hugo Sánchez se tendió de “palomita” para abrir la puerta hacia a la historia. Hizo un gol a Ecuador en Quito que le permitió a México pavimentar su camino a la final en su primera participación tricolor en la Copa América.

En la memoria del ‘Pentapichichi’ aún está fresco ese gol marcado en 1993 al minuto 23, que dejó en silencio al público local y “sirvió para dar un manotazo” en el balompié del continente.

Describe ese tanto como un fruto de su intuición para estar listo para la cita con el balón.

“Lo disfruté mucho, porque sabíamos que iba a ser difícil jugar contra el local y en un córner, tenía yo mucha intuición. Me gustaba ubicarme adelante del portero para evitar que saliera al primer palo a cortar el centro y provocaba incertidumbre”, narra ‘Hugol’.

“Luego me ubicaba en la zona del segundo palo. Así vino el centro. Dudaron los defensas y el portero: me lancé de cabeza, de palomita y anoté ese primer gol para encaminarnos al triunfo y luego jugar la final, que sería histórico, porque era la primera vez que íbamos a una Copa América”, añade.

La diana de Hugo Sánchez fue el principio de una victoria mexicana por 2-0 [el otro gol lo hizo Ramón Ramírez] en patio del anfitrión.

El ‘Penta’ la atesora por haber sido “especial e histórica”, además de haberse dado en un contexto en el que los dirigentes veían con recelo al legendario delantero mexicano.

“Tuve la oportunidad de anotar mi único gol en Copa América en las poquitas ocasiones que tuve el privilegio de ser capitán de la Selección Mexicana, por diferentes problemas de celos, envidia y política extradeportiva”, revela Hugo.

“De las poquitas veces, ya que me estaban queriendo cortar el cuello, porque me decían que era el líder de los jugadores que quería hacer la Asociación de Futbolistas, previo a esa Copa América y yo era más un asesor que el líder”, comparte el hoy analista.

Una vez conseguido el pase a la final y pasar sobre los ecuatorianos, Sánchez Márquez se visualizaba con el título continental en la mano. Si lo lograba, asegura, se hubiera retirado del Tri.

“Yo ya me estaba programando de que, si salíamos campeones de la Copa América, me iba a retirar de la Selección, no iba a jugar más, pero levantando el trofeo”, explica.

Con el paso de los años, México sólo accedió al partido final de la justa de Conmebol una sola vez. Fue contra Colombia en 2001 y los verdes cayeron.

Por eso Hugo expone la importancia de aquella gesta en Ecuador 1993.

“ Sirvió para demostrar que el futbol mexicano está a un nivel importante. Esa Copa América fue un manotazo para pegar el grito en el cielo y decir que México está dentro de los mejores del continente. Ahí, después de Argentina y Brasil, debe estar ubicado. Fue el inicio de la etapa dorada de nuestra selección”, sentencia.

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